Unos padres de Nueva Zelanda decidieron no someter a su bebé de cuatro meses a una operación cardíaca que le podría salvar la vida a menos que se utilice sangre no vacunada. La negativa de los progenitores obligó al servicio de salud del país a solicitar la tutela del recién nacido, informa New Zealand Herald.
En una entrevista con la expresentadora de televisión Liz Gunn, que según medios locales ha compartido en repetidas ocasiones información no confirmada sobre el covid-19, los padres reconocieron que el bebé necesita una intervención cardíaca abierta «casi de inmediato» tras serle diagnosticada una estenosis valvular pulmonar severa. Aun así, expresaron su preocupación por el posible contenido de la vacuna contra el covid-19 en la sangre necesaria para realizar la intervención.
La agencia gubernamental que garantiza a la población un acceso seguro a la sangre para cuestiones de salud, NZ Blood, asegura que cualquier vacuna contra el coronavirus se descompone poco después de entrar en la sangre. Además, toda la sangre donada se filtra, «por lo que cualquier cantidad que aún pueda estar presente no representa un riesgo para los receptores«. En Nueva Zelanda, en las donaciones de sangre no se tiene en cuenta el principio de vacunación, lo que hace imposible garantizar que la sangre de una persona vacunada no se aplique durante una operación quirúrgica.
La intervención para salvar el bebé debía tener lugar este martes, pero fue pospuesta por los padres. En consecuencia, el servicio de salud Te Whatu Ora decidió resolver el problema a través del Tribunal Superior de la ciudad de Auckland. El director interino del servicio de salud en esta localidad, el Dr. Mike Shepherd, subrayó que decidieron interponer la demanda «teniendo en cuenta el interés superior del niño«.
Comentando el caso, la profesora Nikki Turner, directora médica del Centro de Asesoría de Inmunización de la Universidad de Auckland, declaró que «casi toda la sangre de Nueva Zelanda contiene anticuerpos contra el covid, de manera que no sé cómo puede alguien eludirlo si no es rechazando toda la sangre». «Lo siguiente es que los anticuerpos contra el covid por sí mismos no serán ningún problema para la persona que los recibe, solo van a ofrecer a esa persona protección adicional contra la enfermedad», destacó.
«Desde el punto de vista científico, no tiene el más mínimo sentido», agregó.
Además, el servicio de sangre de Nueva Zelanda hizo hincapié en que la proteína espiga del covid-19 fue encontrada en «cantidades extremadamente pequeñas» en la sangre de algunas personas durante las primeras dos semanas tras su inoculación. «No se encontró en la sangre una vez finalizado ese periodo. No hay evidencia de que esta [proteína] represente un riesgo para los destinatarios», subrayó.
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