El primer ministro neerlandés, Mark Rutte, señaló este jueves que hay “un gran número” de ciudadanos afganos y de nacionalidad holandesa en Afganistán que no podrán llegar al aeropuerto de Kabul hoy, último día de vuelos de evacuación por parte de Países Bajos, y tildó la situación de “realmente terrible”.
En una rueda de prensa, Rutte consideró “una terrible noticia” el que los posibles evacuados no puedan acudir al aeropuerto y reconoció que el número de ciudadanos holandeses y sus familias que quedarán atrapadas en Afganistán es “significativo”, pero aún está por determinar exactamente de cuántas personas se trata.
Anoche un grupo de 118 personas lograron acceder al aeropuerto, después de más de 24 horas esperando dentro de tres autobuses, y serán evacuadas por Países Bajos en las próximas horas, en aviones en los que también saldrá el equipo consular y los militares neerlandeses que han coordinado las evacuaciones desde la semana pasada.
“La situación en el aeropuerto de Kabul es realmente terrible. La gente está aterrorizada. Hay una amenaza terrorista”, agregó Rutte, que recordó que fueron los estadounidenses los que han pedido poner fin a sus labores de evacuación y salir del aeródromo hoy mismo.
Rutte tildó de “deber sagrado” la necesidad de buscar vías para sacar a los neerlandeses y afganos del país asiático, y subrayó que la misión internacional en Afganistán fue “necesaria y valiosa” tras el 11 de septiembre de 2001, pero lamentó que ha tenido un final “muy decepcionante”.
“Es un hecho que no podremos sacar a los neerlandeses con sus familias y a otras personas que podrían haber sido evacuadas. Estamos manteniendo contactos dentro de Europa sobre cómo podemos apoyar a esas personas de la mejor manera posible”, señaló.
Aseguró que hay un diálogo abierto con otros países para establecer una “hoja de ruta” sobre cómo evacuar a la gente que se quedará atrapada después de hoy.
“Todos los países tienen el mismo problema”, confirmó Rutte, que prometió una investigación sobre “si se han cometido errores” con Afganistán, incluida la salida de los diplomáticos neerlandeses tras la caída de Kabul en manos de los talibanes, que recibieron fuertes críticas por haberse marchado de noche sin avisar a sus colegas afganos.
El primer ministro explicó que “se hará una descripción de cómo fue todo en las últimas semanas porque han pasado muchas cosas durante meses, pero la gran pregunta es sí se ha hecho lo suficiente” por los colaboradores afganos con las misiones neerlandesas.
«Nosotros, como otros países europeos, nos sentimos abrumados por la velocidad con la que los talibanes tomaron el poder e hicimos una evaluación incorrecta de la situación», admitió.
El Parlamento neerlandés fue quien exigió al Ejecutivo, a través de una moción, incluir a todos los afganos que trabajaron de alguna manera para Países Bajos, y no limitarse a los intérpretes, sino incluir a perfiles como conductores, cocineros, guardias de seguridad y periodistas locales.
Dirigiéndose a los veteranos que han estado en Afganistán, Rutte concluyó: “Me gustaría decirles: no fue en vano, pero este final es muy dramático”, lamentó.
EFE
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