El Partido Conservador de Canadá eligió el domingo a su nuevo líder, Erin O’Toole, un exministro que encabezará la oposición a Justin Trudeau, amenazado con una elección anticipada tras un nuevo escándalo en su gobierno.
Tras una larga campaña en gran parte virtual, debido a la pandemia, O’Toole, un diputado de 47 años y exministro de Asuntos de Veteranos, se proclamó ganador en la tercera vuelta.
Otros tres aspirantes pugnaban por reemplazar a Andrew Scheer, el líder conservador que no consiguió derribar a Trudeau en los comicios de 2019: el exministro Peter MacKay, de 54 años, quien se perfilaba como favorito, y dos abogados poco conocidos, entre ellos Leslyn Lewis, que aspiraba a ser la primer mujer negra en liderar un partido federal en Canadá.
En su discurso, el nuevo líder de los conservadores prometió unir al partido, dividido tras esta larga campaña. También se comprometió a destronar a Trudeau, cuyo gobierno liberal se encuentra envuelto en un nuevo escándalo por la adjudicación de un contrato gubernamental a una organización benéfica que pagaba a miembros de su familia.
“Tenemos que seguir haciendo hincapié en la corrupción y los fallos de los liberales”, que cuentan con una mayoría relativa en la cámara de los comunes, declaró O’Toole.
“Pero también tenemos que mostrar a los canadienses nuestra visión para un Canadá más fuerte, más próspero y más unido”, agregó.
“Más Canadá, menos Trudeau”
“Necesitamos un dirigente que dé la prioridad a los canadienses, que defienda Canadá y nuestros intereses en un mundo difícil, donde hemos perdido el respeto de nuestros amigos y aliados”, dijo. “El mundo necesita más Canadá y menos Justin Trudeau”, remató.
El anuncio oficial de su victoria tuvo lugar seis horas después de la hora prevista, luego de que una máquina que tenía que contabilizar las papeletas destruyera varios miles de votos.
O’Toole, conservador moderado, presentó el empleo y la economía como sus principales prioridades. También prometió suprimir las restricciones en las armas de fuego impuestas recientemente por los liberales y limitar todavía más las inversiones chinas en Canadá.
El nuevo líder conservador no tiene mucho tiempo para consolidarse a la cabeza del partido. En un mes podría presentarse una ocasión que puede acabar desencadenando unos comicios anticipados.
Esto sucederá el 23 de septiembre, cuando Trudeau deberá buscar el apoyo del Parlamento para un masivo nuevo gasto social y ambiental con el que buscará sacar a Canadá del desplome económico.
Tras el debate, tendrá lugar un voto de confianza que podría ser fatal para su gobierno en minoría.
Sin embargo, para hacer caer al gobierno, los conservadores necesitarían el respaldo de al menos otros dos partidos de la oposición. De los 338 escaños totales, la formación conservadora cuenta con 121, frente a los 155 de los liberales.
“Pero los conservadores tendrán que pensarlo dos veces antes de decidir si realmente quieren disputar unas elecciones este otoño (boreal)”, en el contexto de la pandemia, la crisis económica y con un nuevo líder cuyo mensaje aún no habrá calado, dijo a la AFP Jonathan Malloy, profesor de Universidad de Carleton.
Aunque la popularidad de Trudeau ha disminuido en estas últimas semanas a raíz del nuevo escándalo, los liberales, que han destinado miles de millones de dólares para hacer frente a la pandemia, mantienen entre 5 y 6 puntos de ventaja en la intención de votos.
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