Tanto el maestro radical Pedro Castillo como Keiko Fujimori rechazan la igualdad de género, el matrimonio homosexual y el aborto.
A partir del 28 de julio, Perú tendrá un presidente populista y conservador, independientemente de quién gane. Los dos candidatos a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, prevista para junio, la derechista Keiko Fujimori y el maestro radical Pedro Castillo, están, desde un espectro ideológico opuesto, en contra de la igualdad de género, el matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto. No solo quien llegue a la presidencia llevará sus ideas conservadoras. El Congreso tendrá, por primera vez, una bancada de la ultraderecha católica.
Con el escrutinio al 95%, el docente y sindicalista rural Castillo obtiene el 19% de los votos, mientras que la hija del autócrata Alberto Fujimori y acusada por lavado de activos logra el 13%, 26 puntos menos que los que consiguió en los comicios de 2016. El 12% de electores dejó su papeleta en blanco y hubo un 28% de absentismo pese a que el voto es obligatorio.
Castillo, que defiende desde posiciones de izquierda radical un Estado fuerte, el fin de los monopolios privados y que se acabe “la explotación laboral”, es profundamente intransigente ante los avances sociales. El maestro saltó a la escena nacional en 2017 durante una huelga de docentes de dos meses pidiendo mejores salarios y condiciones laborales. Se ha manifestado en repetidas ocasiones en contra del enfoque de igualdad de género en el currículo educativo escolar y del matrimonio igualitario. También afirmó durante la campaña que se opone a legislar sobre el aborto o la muerte digna. En su tercer intento como candidata presidencial, Fujimori también se opone al matrimonio igualitario y dice ser defensora de la familia, para explicar que no le interesa promover ni reconocer los derechos de la población LGTBI y menos el aborto bajo el supuesto de violación.
Fujimori ha prometido “mano dura” contra la delincuencia y el indulto a su padre ―preso con una condena de 25 años de cárcel por delitos de corrupción, robo y homicidio cometidos durante su Gobierno en un contexto de graves violaciones a los derechos humanos―. Sin embargo, hace un mes, un fiscal peruano pidió 30 años de prisión para la candidata y la disolución de su partido, después de una investigación iniciada en 2018 por lavado de activos y por recibir supuestamente aportes millonarios de la constructora brasileña Odebrecht y de un grupo financiero peruano para sus campañas presidenciales de 2011 y 2016.Fujimori ha prometido “mano dura” contra la delincuencia y el indulto a su padre ―preso con una condena de 25 años de cárcel por delitos de corrupción, robo y homicidio cometidos durante su Gobierno en un contexto de graves violaciones a los derechos humanos―. Sin embargo, hace un mes, un fiscal peruano pidió 30 años de prisión para la candidata y la disolución de su partido, después de una investigación iniciada en 2018 por lavado de activos y por recibir supuestamente aportes millonarios de la constructora brasileña Odebrecht y de un grupo financiero peruano para sus campañas presidenciales de 2011 y 2016.
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