Detectives antinarcóticos de Miami-Dade necesitaban pruebas de vigilancia mientras investigaban a un sospechoso de tráfico que estaba armado y que creían que estaba vendiendo cocaína por encima de la cerca del patio de su casa.
David Ovalle / El Nuevo Herald
Pero las imágenes de vigilancia no las tomó un agente escondido tras un auto o desde un auto.
En su lugar, el ojo estaba a 3,100 pies de altura, un dron usado por la Policía para grabar a Andre “Dread” Scott vendiendo cocaína a un informante encubierto desde el patio de su casa en el noroeste de Miami-Dade. Las imágenes tomadas por el dron, cuyo uso fue autorizado por un juez, es la primera vez que la Policía de Miami-Dade usa un vehículo aéreo no tripulado para obtener pruebas en tiempo real en una investigación penal.
El caso penal ocurre en momentos que los legisladores estatales estudian otra vez una ampliación limitada del uso de drones de la policía, y mientras agencias policiales de todo el país están comprando más drones en medio de preocupaciones de privacidad.
En el caso de Scott, las imágenes del dron son ahora pruebas en el caso de los fiscales de Miami-Dade contra el hombre de 31 años, acusado de varios cargos de armas y drogas. Scott sigue detenido y su abogado declinó hacer declaraciones.
En 2018, más de 900 agencias en Estados Unidos, en su mayoría policiales, ya habían comprado los pequeños dispositivos, según el Centro para el Estudio de Drones del Bard College. La cifra debe ser mucho más elevada en un estudio que debe actualizarse dentro de unas semanas, dijo Dan Gettinger, quien estudia el uso de los drones policiales en esa institución.
“Los drones pudieran ser como las cámaras corporales en el futuro, otro tipo de grabador de video cuyo uso se ha ampliado”, dijo Gettinger.
Pero el aumento exponencial en el uso de los drones —muy populares también entre aficionados a la tecnología, fotógrafos y organizaciones de noticias— también ha creado temores entre los defensores de las libertades civiles, particularmente en estados donde la policía se niega a revelar información sobre sus programas de drones.
En el sur de California, por ejemplo, la Policía de San Diego se ha negado a revelar detalles sobre el uso de drones. Una ciudad, Chula Vista, ha lanzado un programa de drones a gran escala que alega ha completado mil misiones en un año y llevado a 130 arrestos.
“Los drones son muy baratos y existe la preocupación de que más adelante las agencias policiales los usarán cada vez más para espiar a la gente”, dijo David Maass, investigador de la EFF.
Autoridades y expertos dicen que la Policía usa más los drones para monitorear multitudes, observar las condiciones del tráfico y para labores de búsqueda y rescate, y para documentar delitos y lugares donde ocurren accidentes.
Naturalmente, los policías tienen ojos en el cielo desde hace mucho tiempo: helicópteros y aviones con cámaras. Y por lo general las agencias policiales no necesitan autorización judicial para volar esos aviones y helicópteros.
“El despliegue masivo de helicópteros es excesivamente costoso, pero el uso regular de los drones es mucho más factible”, advirtió la American Civil Liberties Union de Nueva York en diciembre de 2018, cuando la ciudad lanzaba su programa de drones.
“Y como son pequeños, pueden volar en lugares que los helicópteros no tienen acceso, como el garaje de una casa o frente a la ventana de una habitación”.
La ACLU advirtió que los drones con cámaras “pueden crear un efecto disuasivo a que las personas ejerzan su derecho a la libre expresión, a protestar y a otras actividades legales”.
En la Florida, las leyes estatales han limitado desde mucho el uso de drones por parte de la policía, a menos que sea para “evitar un peligro inminente a la vida o daños graves a la propiedad”, buscar a una persona perdida, evitar un ataque terrorista o impedir “la fuga inminente de un sospechoso o la destrucción de pruebas”.
El año pasado, durante el período legislativo, en la Florida se estudió un proyecto de ley que permite a la policía usar drones para grabar delitos en exteriores y accidentes de tráfico. así como para asistir en el monitoreo de multitudes de 50 personas o más, todo sin una orden judicial.
La Cámara aprobó la medida por unanimidad, pero quedó estancada en el Senado. El representante Michael Grieco, demócrata por Miami Beach, copatrocinador del proyecto de ley, dijo que había preocupaciones de que lo drones volando sobre personas congregadas al aire libre “se sintieran como algo salido de la película Minority Report” y que los dispositivos “fueran a hacer pensar a algunos que los estaban vigilando”.
Sin embargo, Grieco dijo que el uso de los drones por las agencias policiales para monitorear multitudes no es diferente de colocar agentes con cámaras en torres portátiles, o usar un globo de vigilancia en espacios públicos donde no hay expectativas de privacidad, todo lo cual sucede en este momento.
“El proyecto de ley permite a la policía y a los bomberos usar drones de la misma manera que los puede usar el público”, dijo Grieco. “Los policías no pueden usar drones en lugares públicos, pero cualquier ciudadano puede comprar uno y usarlo legalmente”.
Para el período legislativo que comenzó el martes, el representante Clay Yarborough, republicano por Jacksonville, ha presentado de nuevo la misma iniciativa; Grieco la apoyó como copatrocinador.
Si se aprueba, la ley exigiría que la policía solicite una orden judicial para investigaciones como la realizada a Scott.
En total, la Policía de Miami-Dade tiene ocho drones, que se han usado en lo fundamental para documentar escenas de delitos. El mes pasado, por ejemplo, un juez de Miami-Dade aprobó el uso de un dron para grabar dos escenas de asesinato en exteriores en el suroeste de Miami-Dade.
(Agentes estatales también usaron un dron autorizado judicialmente para grabar un campo en una zona rural del noroeste de Miami-Dade donde se descubrieron los restos de Lynda Meier en diciembre de 2018).
En el caso de Scott, los detectives condales conocieron que se estaban vendiendo drogas desde una casa en la cuadra de los 1100 de NW 118 Street, una zona residencial muy cerca de los límites municipales de North Miami.
En agosto, los detectives enviaron a un informante confidencial a comprar cocaína en la casa, según una orden de registro. El informante compró marihuana por valor de $10 a un hombre por encima de una cerca de madera. El individuo en cuestión, que se cree fue Scott debido a un tatuaje en la cara, tenía una pistola en la mano, dijo la policía.
En total, durante un par de meses, el informante compró marihuana tres veces y cocaína en piedra una vez al individuo que se piensa es Scott, según la policía. Eso dio a los detectives causa probable suficiente para solicitar una orden judicial para usar el dron.
El 8 de octubre, el juez de circuito de Miami-Dade Charles Johnson firmó la orden.
“Queríamos mantener la seguridad de la operación lo más posible, porque en esa manzana había habido hechos de violencia por ese tiempo”, dijo Chris Casiano, teniente de la oficina antinarcóticos de la Policía de Miami-Dade. “Era la opción más segura que teníamos en ese momento”.
Dos días después, cuando el informante fue a hacer una quinta compra, un agente de la Policía de Miami-Dade lanzó el dron. Mientras los agentes observaban las imágenes de video en vivo, “un hombre que parecía ser Scott” salió de la casa y entregó al informante cuatro bolsitas de cocaína, indicó un documento policial.
En las imágenes, liberadas como parte de una solicitud de registros públicos, se observa a un hombre caminando por el patio de la casa y aparentemente entrega algo a otro individuo. La cara de Scott no se ve claramente en las imágenes.
Una segunda orden de registro se emitió el 17 de octubre, los detectives entraron a la casa y encontraron a Scott’ escondido en un cobertizo en la propiedad. Allí los agentes encontraron un arma ilegal de cañón corto, un revólver y lo que se sospecha es marihuana, cocaína y ecstasy.
Debido a su historial criminal, y porque estaba en libertad condicional por un caso de drogas, Scott fue acusado de posesión de arma por parte de un delincuente convicto. Scott se declaró inocente.
Maass, de la Electronic Frontier Foundation, dijo que el uso del dron en este caso es común, y alabó la supervisión judicial.
“Esta es una idea mucho mejor para usar un dron que la que se ha usado en otras partes del país”, dijo Maass. “Al menos hay un nivel de supervisión”.
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