Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes en una multitudinaria protesta transformaron el centro de Barcelona en un campo de batalla a última hora del sábado, terminando de nuevo otro día de protestas independentistas de manera violenta, reseñó importante agencia internacional de noticias.
Se dispararon proyectiles y al menos seis personas fueron hospitalizadas por las heridas, y se incendiaron barricadas después de que los agentes cargaran contra filas de manifestantes – la mayoría jóvenes con el rostro cubierto- que se habían agrupado frente a la Jefatura de la Policía Nacional.
El violento enfrentamiento en el corazón turístico de la ciudad es una prueba clara de las diferencias existentes entre los partidarios de una línea más dura y los que no dentro del movimiento independentista. Tardó varias horas hasta que los manifestantes se dispersaran por las calles de la ciudad.
Barcelona ha sido testigo de manifestaciones diarias a favor de la independencia desde el 14 de octubre.
En esa fecha se publicó la sentencia del Tribunal Supremo que condenó a nueve líderes independentistas a penas de prisión de hasta 13 años por su participación en el referéndum ilegal de 2017, lo que provocó un enfado general en la región y sacudió el panorama político español.
La protesta del sábado no fue la primera protesta violenta, en particular, el 18 de octubre los disturbios fueron más generalizados.
Sin embargo, la violencia contrastó con los actos ocurridos durante el día, cuando unos 350.000 catalanes marcharon pacíficamente por la ciudad en apoyo a los líderes independentistas encarcelados y su liberación.
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BOTELLAS, BOLAS Y BALAS
La protesta (en la que se enfrentaron policías y manifestantes) fue organizada por los CDR, un grupo independentista que favorece la acción directa, y ha llegado a cortar carreteras y vías del tren, además de intentar asaltar el Parlament de la Generalitat.
La protesta comenzó alrededor de las 7:30 p.m. y llegó a congregar alrededor de 10.000 personas, según los cálculos de la policía. Algunos de los manifestantes lanzaron una lluvia de botellas, pelotas y bolas de goma a los agentes, según mostraron imágenes de televisión.
La policía cargada con escudos y armas, y con el apoyo de una veintena de furgonetas antidisturbios, intentó dispersar a los manifestantes, dividiendo a la multitud en dos a lo largo de la Via Laietana, cerca de la Jefatura de la Policía Nacional.
Las imágenes de televisión mostraron a la policía armada con porras abriéndose paso entre la multitud mientras los manifestantes lanzaban piedras y bengalas. El canal de noticias 24h mostró a la policía forcejeando con los manifestantes, que retrocedieron antes de rehacer sus líneas.
Los organizadores de la manifestación anterior, los grupos Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Omnium Cultural, esperaban que, con los partidos políticos independentistas divididos en torno a la mejor estrategia a adoptar, la protestas sirviera para atraer a la mayor cantidad de gente tras la publicación de la sentencia.
La policía local dijo que asistieron alrededor de 350.000 personas, en comparación con el máximo alcanzado de unas 500.000 en la protesta del 18 de octubre y 600.000 en una marcha que tuvo lugar en el día nacional de Cataluña el mes pasado.
Sin embargo, estas cifras representan sólo un pequeño porcentaje de los 7,5 millones de habitantes de la región y con un electorado dividido casi por igual en torno a la independencia.
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