El conflicto entre Israel y Hamás «va a tener impacto durante generaciones, no solo en Gaza, sino más allá de sus fronteras», aseguró hoy Mirjana Spoljaric, presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), una de las organizaciones que mantiene contacto a la vez con los dos bandos en la guerra.
EFE
«Esto no se remedia en días, y sus costes aumentan jornada tras jornada. Se tardará mucho, mucho más hasta que las sociedades recuperen algo parecido a la normalidad», destacó en un encuentro con un reducido número de medios de comunicación internacionales en Ginebra, entre ellos EFE, para hacer balance del año.
Spoljaric recordó que alrededor de un 60% de Gaza está destruida, y que el nivel de operaciones militares que se han registrado en un lugar tan reducido en dos meses «equivale a lo ocurrido en un país como Afganistán en el curso de un año».
La presidenta de CICR se ha reunido en el curso del conflicto con las principales autoridades israelíes, con el liderazgo político de Hamás en Catar y con familiares de rehenes secuestrados en Gaza, además de haber visitado la franja.
«Tenemos canales de comunicación muy sólidos, y además conversamos con todos aquellos que pueden influir en las partes», aseguró, aunque matizó que CICR, como actor neutral en todos los conflictos desde su creación hace 160 años, «no puede negociar, ya que eso limitaría nuestra neutralidad y el especial rol que debemos jugar».
El comité internacional participó en las operaciones de intercambio de rehenes y detenidos palestinos durante la pausa humanitaria de una semana a finales de noviembre, una operación que Spoljaric calificó de «extremadamente compleja y sensible».
«Hay quien se ha referido a ella como un ‘servicio de taxi’, algo inaceptable e indignante, dado que nuestros trabajadores pusieron en riesgo sus vidas en esas operaciones», subrayó la responsable de Cruz Roja, organización especializada, entre otros aspectos, a la asistencia a prisioneros de guerra y otras personas privadas de libertad en conflictos.
«Las familias de los rehenes cada vez están más desesperadas», reconoció Spoljaric, quien recordó al respecto la reciente muerte de tres de esos secuestrados durante operaciones israelíes y Gaza.
Spoljaric insistió en que la asistencia sanitaria y humanitaria es cada vez más difícil en Gaza debido a los cada vez más intensos combates y bombardeos, y puso como ejemplo que en muchos hospitales de la franja los médicos se ven obligados a practicar muchas más amputaciones que en circunstancias normales, especialmente entre niños, por la falta de tratamiento rápido de muchas heridas.
A nivel global, afirmó, la centenaria organización vive un momento de fuertes desafíos, por el aumento de los conflictos y las situaciones de emergencia, unido desafortunadamente a «una presión financiera que CICR no había vivido en décadas», debido a las dificultades de los países donantes por continuar sus aportaciones.
Esas dificultades han provocado que la organización tenga que reducir su plantilla en unos 4.000 empleados entre 2023 y 2024, reconoció Spoljaric, quien agregó que estos recortes afectarán a unas 26 de sus delegaciones en todo el mundo.
«Intentamos elegir con cuidado cuáles se verán afectadas, para no dejar nuestra presencia en lugares donde otros no pueden llegar», subrayó.
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