Las protestas en Armenia no cesan desde que el gobierno de ese país firmó un acuerdo de paz con Azerbaiyán para detener la guerra por el enclave de Nagorno Karabaj.
El primer ministro , Nikol Pashinián, descartó su renuncia al argumentar que su objetivo en estos momentos es devolver la estabilidad a su país.
«En mi agenda solo hay un tema: garantizar la estabilidad en mi país. No hay ningún otro asunto», afirmó durante una rueda de prensa telemática a medios nacionales, tras ser preguntado sobre la posibilidad de su renuncia como pide desde hace días la oposición en las calles de Ereván.
El jefe del Gobierno armenio volvió no obstante a aceptar su responsabilidad en la derrota en Nagorno Karabaj.
«Yo entiendo que debo afrontar el juicio de mi pueblo. Pero en este caso el pueblo debe conocer todas las circunstancias, debe dialogar con los militares, con la oposición, con el Gobierno», señaló.
Según Pashinián, ya en 2018 las conversaciones en torno al Karabaj cruzaron el punto de «no retorno» en el que la comunidad internacional llegó al consenso de que Armenia debía entregar los territorios azerbaiyanos ocupados «sin condiciones previas», algo con lo cuál no estaba de acuerdo, pero que no pudo cambiar.
No obstante, defendió la continuidad las Fuerzas Armadas de autoproclamada república de Nagorno Karabaj, al señalar que «continuarán existiendo» y deberán «desarrollarse, fortalecerse y ser garante de la soberanía de Artsaj», nombre armenio del enclave separatista.
Respecto a las protestas que se han desatado en el país tras el acuerdo de paz con Azerbaiyán bajo el auspicio de Rusia, el primer ministro señaló que no tiene la intención de desatar una guerra civil, de lo cual fue acusado tras invitar a los militares que combatieron en el Karabaj a Ereván.
«Muchos militares que retornan expresaron su deseo de reunirse conmigo. Estuve de acuerdo, me reuniré con ellos, y tras ese encuentro quedará claro que la dirección política y militar de Armenia no traicionó al Karabaj», comentó.
Según Pashinián, los militares «regresan a Ereván sin armas».
«Así que todos esos dichos sobre una guerra civil son manipulaciones», recalcó.
Armenia se enfrenta en estos momentos una grave crisis política desatada tras la firma del «doloroso» -según Pashinián- acuerdo con Azerbaiyán para poner fin a la guerra que se desató el pasado 27 de septiembre.
La oposición del país exige la dimisión inmediata del jefe del Gobierno, al que acusa de «traidor».
EFE
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