Agentes de policía enmascarados arrastraron personas hasta las furgonetas y dispararon granadas aturdidoras y gas lacrimógeno para dispersar a la multitud mientras decenas de miles marchaban por séptimo fin de semana consecutivo para exigir que el veterano líder bielorruso Alexander Lukashenko renunciara.
Los manifestantes gritaban “impostor” y “Sveta es nuestra presidenta” mientras marchaban por Minsk y otras ciudades adornados con los colores rojos y blancos de la oposición. Al menos 53 personas fueron detenidas, dijeron los activistas de derechos humanos.
Algunos llamaron a la protesta una “toma de posesión popular” de Sviatlana Tsikhanouskaya, la principal opositora de Lukashenko que huyó al exilio después de las elecciones del 9 de agosto que, según los opositores, estaban descaradamente manipuladas para darle un sexto mandato a Lukashenko.
El mandatario niega el fraude electoral y prestó juramento el miércoles en una ceremonia celebrada sin ningún anuncio previo, provocando más protestas y condenas de la Unión Europea, los Estados Unidos y Reino Unido.
El presidente francés Emmanuel Macron dijo a la prensa que Lukashenko “debe irse”.
“Estamos siendo testigos de una crisis de poder en Belarús con una administración autoritaria que no es capaz de aceptar la lógica de la democracia”, dijo Macron al Journal du Dimanche en comentarios publicados el domingo.
“Está claro que Lukashenko debe irse.”
Rusia dijo que la decisión de la UE de no reconocer a Lukashenko como el presidente legítimo contradecía la ley internacional y equivalía a una intromisión indirecta en el país.
Animado por el apoyo de su aliado tradicional, Rusia, Lukashenko, de 66 años de edad, un antiguo administrador de granjas colectivas soviéticas que ha estado en el poder durante más de un cuarto de siglo, no muestra ninguna inclinación a renunciar.
La policía antidisturbios sacó a las personas de las multitudes y la llevó en furgonetas, dijo un testigo de Reuters. Varias estaciones de metro fueron cerradas y la Internet móvil se interrumpió. Algunos manifestantes usaron coronas falsas para burlarse de la posesión de Lukashenko.
“Vinimos a celebrar la toma de posesión de la presidenta del pueblo”, dijo Alexander, un trabajador de logística de 30 años, mientras protestaba en Minsk. “Primero falsificó las elecciones, y luego falsificó la toma de posesión.”
La policía dijo que usaron gas lacrimógeno y granadas aturdidoras para dispersar a los manifestantes “desobedientes” en la ciudad de Gomel, informó la agencia rusa TASS.
Las imágenes de los medios de comunicación locales mostraban a fuerzas de seguridad enmascaradas rociando una sustancia de una lata en las caras de los ciudadanos de Gomel, mientras los manifestantes se retiraban gritando “fascistas”.
El Gobierno de Belarús suele publicar los datos del número total de personas detenidas el día después de una protesta.
La agencia de noticias rusa Interfax dijo que al menos diez personas habían sido detenidas al comienzo de la protesta del domingo.
La policía detuvo a 150 personas durante las protestas del sábado, según el Ministerio del Interior.
El ministro de Asuntos Exteriores de Bielorrusia, Vladimir Makei, acusó el sábado a los países occidentales, que se preparan para imponer nuevas sanciones a Minsk, de intentar sembrar “el caos y la anarquía”.
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