En medio del desierto que comparten los estados de Texas y Nuevo México, los agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos vigilan a diario la frontera entre el territorio estadounidense y mexicano.
Por Voz de América
Las autoridades aclararon durante un recorrido con la Voz de América mitos que circulan entre los migrantes sobre «puertas» para entregarse a las autoridades.
¿Existe una “puerta 36” o “puerta 42” para entregarse a las autoridades en la frontera?
A través de las redes sociales, las autoridades han identificado mensajes que hablan sobre una “puerta 36” o “puerta 42” en el sector de El Paso que está “abierta” para los migrantes entregarse a las autoridades.
Las llamadas “puertas” son en realidad marcadores internacionales que se extienden a lo largo de la frontera entre EEUU y México para detallar los puntos de ubicación. Algunos tienen aperturas para facilitar las operaciones, sin embargo, no son “puertas de entrada”, aclaró Claudio Herrera, vocero de la Patrulla Fronteriza en este sector, a la Voz de América.
La frontera en esta zona la determina el Río Grande, que cruza más adelante del muro, y por lo tanto, al llegar a entregarse en los marcadores, los migrantes ya cometieron el cruce ilegal hacia territorio estadounidense, y por lo tanto, deben ser detenidos, dijo.
Los agentes fronterizos también aseguran que los coyotes o traficantes de personas les alientan a llegar hasta estas zonas. “Los criminales mienten diciendo que simplemente al llegar a un punto al que llaman puerta, (los migrantes) pueden entrar”, aclaró Herrera.
En refugios de Ciudad Juárez, México, algunos migrantes dijeron que hay menos personas ahí porque cada vez más se van a esas «puertas» para ser procesados.
En los últimos años, los agentes en el sector de El Paso, Texas, han registrado números récord de personas intentando ingresar irregularmente a EEUU. Esta tendencia, sin embargo, cambió en enero, cuando los encuentros con migrantes se redujeron significativamente, dijo Herrera. Durante diciembre pasado, los agentes en El Paso procesaban a cerca de 1.060 personas por día, mientras en enero llevan un promedio de 460 migrantes diarios.
En lo que va del año fiscal, que comenzó en octubre, los agentes fronterizos de este sector han registrado 44.000 encuentros con migrantes, frente a 160.000 registrados en el mismo período el año pasado, dijo Herrera.
A nivel nacional, las autoridades fronterizas tuvieron 302.034 encuentros con migrantes irregulares durante el mes de diciembre, la cifra más alta de la que se tiene registro. Este número disminuyó significativamente en las primeras dos semanas de enero, según CBP, “de manera consistente con tendencias históricas” de movimiento de migrantes.
Aunque diferentes zonas de El Paso son de naturaleza urbana por la cercanía del muro fronterizo a la ciudad, en los alrededores donde predomina el desierto, los agentes ven mayormente “encuentros con personas que están tratando de evadir detención, están tratando de correr”, explicó Herrera.
Esto, apuntó, es uno de los factores de riesgo adicionales a los que se enfrentan los migrantes debido a los cambios repentinos de temperatura propios del desierto, los animales presentes en la zona y las largas distancias que deben recorrer.
Desde el pasado octubre hasta enero, los agentes han registrado 180 rescates de migrantes en el área. Alrededor de 17 personas han perdido la vida en el sector de El Paso intentando cruzar a EEUU en esos cuatro meses.
¿Qué sucede después de la detención en la frontera?
Los agentes de la Patrulla Fronteriza detallaron que su deber es “detener” a las personas que cruzan irregularmente a EEUU y comenzar un proceso legal.
Orlando Marrero, agente de la Patrulla Fronteriza, detalló que después de la detención, se identifica y clasifica quién entró al país. “Hay que ver por qué esa persona entró ilegalmente. Se llevan al centro de procesamiento, se toman las huellas, se les hace una foto, y se toman todos los datos biográficos para saber quién es”.
Una vez se realiza ese proceso, se pone en una “vía migratoria” adecuada. Algunos en procesos de deportación, otros en procesos de petición de asilo.
“Las organizaciones criminales transnacionales han convertido el tráfico humano en un negocio multimillonario. Tratan a los migrantes como si fueran mercancía. Los migrantes para las organizaciones criminales son desechables y es una pena, porque estamos hablando de seres humanos”, dijo Marrero.
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