El presidente reemplaza a cargos técnicos por personas de probada lealtad a su figura mientras sus seguidores preparan una manifestación en Washington con el apoyo de grupos neonazis.
El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, ha iniciado una purga sin precedentes del Departamento de Defensa que ha desatado la alarma y la preocupación en Estados Unidos a medida que reemplaza a cargos técnicos por personas de probada lealtad a su persona.
Eso se une al control que el presidente ya ejerce sobre el Departamento de Justicia, las 17 agencias de Inteligencia de Estados Unidos, el Departamento de Estado, y su propio partido, donde 49 de los 53 senadores republicanos de esa formación no han reconocido la victoria electoral de Joe Biden. De hecho, la senadora republicana por Arizona, Martha McSally, ni siquiera ha reconocido su propia derrota ante su rival demócrata Mark Kelly.
El lunes, Trump cesó al secretario de Defensa, Mark Esper, y lo reemplazó por Christopher Miller, que también ejerce el cargo de Director de Lucha Antiterrorista. Dede entonces, ha echado a, entre otros, el director de Política del Departamento, James Anderson, el subsecretario para Inteligencia, Joseph Kernan, y la jefa de gabinete de Esper, Jennifer Stewart.
Anderson ha sido reemplazado por el brigadier general Anthony Tata, un ex colaborador de la cadena de televisión Fox News que en junio se dirigió en estos términos al director de la CIA con Barack Obama, John O’Brennan: «Escoge tu propio veneno: pelotón de fusilamiento, ahorcamiento público, cadena perpetua y ser la zorra de la cárcel, o chupar el cañón de tu pistola». Tata ha acusado de «alta traición» a los ex presidentes Bill Clinton y Barack Obama, y ha declarado que éste último apoya a los grupos fundamentalistas islámicos Hamas y los Hermanos Musulmanes.
El sustituto de Stewart es Jash Patel, ex asesor del congresista Devin Nunes, uno de los principales defensores del presidente saliente. Patel es uno de los mayores defensores de la idea de que Ucrania interfirió en las elecciones de 2016 en favor de Hillary Clinton, una teoría sin ninguna base que ha sido desmentida por las agencias de espionaje de EEUU. Claro que, para Patel y Tata, eso es irrelevante, ya que los 17 servicios de Inteligencia del país están tomados por «una cábala» que lleva conspirando desde 2016 contra Donald Trump.
La importancia del Departamento de Defensa de Estados Unidos no puede ser infravalorada. Es, de lejos la mayor unidad administrativa del Estado de ese país, y la fuerza militar más poderosa del mundo, cuyo presupuesto, de 700.000 millones de dólares (595.000 millones de euros, es decir, más del doble de los Presupuestos Generales del Estado españoles), es el 37% de todo el gasto militar del planeta, según el Instituto para la Investigación de la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés).
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