Vladimir Putin se refirió nuevamente este jueves a la muerte del jefe del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, esta vez para tomar distancia del hecho.
Desde que el avión en el que viajaba el líder wagnerita, junto con su círculo de confianza, se estrelló el pasado 23 de agosto en la sección de Tver en circunstancias inusuales, Putin ha sido señalado por la oposición, los paramilitares y la comunidad internacional por estar detrás del hecho.
Sin embargo, Putin aseguró que el accidente ocurrió sin intervención de factores externos -lo que descarta la hipótesis de que fue derribado- y señaló que en su interior se hallaron restos de granadas.
“En los cuerpos de los muertos en la catástrofe aérea se encontraron fragmentos de granadas de mano. No hubo factores externos, eso es un hecho ya confirmado, resultado de los análisis realizados por el Comité de Instrucción de Rusia”, dijo y apuntó contra los propios miembros de Wagner, la oposición y los políticos occidentales de ser los responsables de este hecho.
A la par, el mandatario lamentó que los especialistas no realizaran exámenes médicos en “la sangre de los fallecidos” en busca de alcohol y drogas ya que “después del suceso en la campaña de Prigozhin en San Petersburgo, el Servicio Federal de Seguridad encontró no sólo 10.000 millones de rublos (USD 100 millones) en efectivo, sino también cinco kilogramos de cocaína”.
El portavoz presidencial, Dmitri Peskov, también respaldó la versión comunicada recientemente por Putin y negó categóricamente que éste haya dado la orden de ejecutar al líder de Wagner.
A pesar de la certeza que el Gobierno asegura sobre los resultados de la investigación, lo cierto es que se trata de una única campana. Desde que se conoció la noticia, el Kremlin prohibió la participación de instituciones internacionales en las pesquisas y hasta se conoció que el Comité Interestatal de Aviación -que se encarga de los incidentes y accidentes en la post soviética Comunidad de Estados Independientes (CEI)- no investigará estos hechos acorde a las normas internacionales.
Inclusive se ha descartado la oferta del Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos de Brasil (Cenipa), y de la empresa Brasileira de Aeronáutica (EMBRAER) -fabricante de la nave- de participar de las indagaciones y el jefe de la agencia de aviación civil Rosaviatsia, Alexandr Neradko, fue destituido de su cargo tras confirmar la tragedia.
Durante su presentación este jueves en el Club de Debate Valdái, en el balneario de Sochi, Putin aprovechó para destacar el nuevo vínculo entre el Kremlin y los Wagner. En ese sentido, dijo que varios miles de ex oficiales del grupo firmaron contratos con las Fuerzas Armadas de Rusia, algo que, hasta entonces, no había sido posible dada la oposición de Prigozhin.
“Quieren. Y si quieren, significa que tomarán parte en acciones militares”, celebró luego de un encuentro con el ex comandante de Wagner, Andréi Troshev, en el que abordaron la creación de “unidades de voluntarios” en el Ministerio de Defensa.
Asimismo, descartó que Wagner haya sido un grupo paramilitar privado ya que en el país estas organizaciones están prohibidas por la ley. En su lugar, sostuvo que se trataba de una entidad que recibía financiación estatal y cuya etiqueta fue puesta por la prensa opositora.
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