Daniel Ortega hizo desfilar esta semana antes medios de comunicación afines a su régimen, uno por uno, a los presos políticos que mantiene en la cárcel conocida como El Chipote. Es la primera vez que Nicaragua vio imágenes de los reos de conciencia actuales, la mayoría de ellos con más de un año de prisión.
Por Fabián Medina Sánchez / Infobae
A pesar de los uniformes nuevos de presidiarios y el evidente acicalamiento a que fueron sometidos, los presos políticos lucían en general demacrados, con pérdidas ostensibles de peso, pero desafiantes en sus miradas.
Ortega mantiene en sus cárceles a 205 presos políticos, según el último informe del Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas. Los presos de la cárcel policial El Chipote comenzaron a llegar a partir de mayo del año pasado, cuando la dictadura nicaragüense inició una ola represiva contra los críticos y opositores con vistas a desbaratar a la oposición política e impedir que compitieran en las elecciones previstas para noviembre de ese año.
Siete líderes de la oposición fueron apresados tras manifestar su intención de participar en las elecciones generales como candidatos a la Presidencia de la República. La persecución se extendió a empresarios, líderes estudiantiles, periodistas, defensores de derechos humanos y críticos del régimen.
Los reos políticos han sido sometido a un régimen especial, denunciado por familiares y organismos de derechos humanos como “violatorio y cruel”. Según el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas en la cárcel El Chipote hay 24 personas recluidas “en condiciones de máxima seguridad” y cuatro mujeres “en condiciones de total aislamiento”.
Durante los últimos 15 meses, el régimen solo ha permitido 10 visitas a los presos políticos, restringidas a dos familiares por reo, sin posibilidad de llevarles comidas, cartas, libros, frazadas o ropas. Los reos, han conocidos los familiares a través de las visitas, duermen en camas de concretos, sin frazadas, y son sometidos en algunos casos a luz y otros oscuridad permanente, sin que sepan cuándo es de día y cuándo de noche.
Las raciones de sol y de comida también han sido denunciadas como instrumentos de tortura. Los reos reciben 15 minutos de sol cada 10 días y las porciones de comida se han reducido hasta “40 granos de frijoles, tres gramos de arroz, dos cucharaditas de carne y tres centímetros de plátano” en cada plato, señalaron familiares en la plataforma digital Esta Semana.
El organismo Sé Humano inició en junio pasado una campaña para denunciar el deterioro físico de los reos políticos a través de la publicación de retratos hablados (identity kit) construidos con la información que proporcionaron los familiares que los visitan.
Este martes, sorpresivamente, el régimen nicaragüense comenzó a mostrar a los reos a través de fotografías de audiencias judiciales, a las que solo se permitió el ingreso de los medios oficialistas. Los eventos fueron denominados “audiencias informativas”, una figura que no existe en el procedimiento penal nicaragüense, señalaron los expertos, quienes las consideran un pretexto para exhibir a los presos políticos.
“Otra vez la CSJ (Corte Suprema de Justicia) se muestra como instrumento, celebrando sin defensas (legalmente constituidas) ´audiencias informativas´ que no existen en la ley y que no tienen sentido legal”, hizo notar en Twitter el abogado nicaragüense Yader Morazán.
“Estamos viendo al gobierno reactivo frente a una campaña que se ha llevado a cabo por varios organismos sobre la condición de los presos políticos”, considera el abogado y político opositor Eliseo Núñez. “El régimen siente que los ha golpeado porque la última resolución de la OEA, aunque no tenga un gran efecto práctico, tiene un efecto de legitimidad”.
Núñez afirma que con el tema de los presos le quedan pocos gobiernos aliados a Ortega. “La resolución de la OEA (de condena al régimen nicaragüense) tuvo 27 votos a favor, es decir, ya con el tema de los presos, Ortega no solo está teniendo problemas internos, sino que algunos países que se declaraban neutrales ante la situación de Nicaragua comienzan a migrar hacia una posición, en ese tema, mucho más beligerante”.
El sociólogo y economista Oscar René Vargas, cree que la inusual exhibición de presos políticos busca desviar la presión que el régimen tiene por la última ofensiva contra la iglesia católica. “Ortega cometió un grave error al pelearse con la iglesia católica. Ese gran error se traduce en mayor aislamiento a su régimen. (Joe) Biden, Nancy Pelosi y otros del círculo cercano a Biden son católicos y la Conferencia Episcopal norteamericana tiene un peso importantísimo. Eso está presionando a Biden para que tenga que tomar algunas medidas”, dice.
“Ante esa realidad, que se está dando cuenta a posteriori, Ortega reacciona para demostrar que la dictadura no es tan cruel, pero la crueldad de la dictadura se manifiesta en las caras de los encarcelados”, añade.
Eliseo Ñúñez define la exhibición como “una prueba de vida como la que dan los secuestradores” para abrir la puertas a una negociación. “Ortega está diciendo: pueden negociar conmigo, porque todavía están vivos. Sigue su camino de preparar fichas para cuando tenga necesidad de una negociación”. Sin embargo, el político liberal no considera que en estos momentos haya una negociación en proceso.
Al contrario, Óscar René Vargas sí ve señales de una posible negociación. “Siempre hay negociaciones. La posición de Colombia es una negociación que está desarrollándose. Lo de Wálmaro (Gutiérrez) también es parte de esas negociaciones porque está prometiendo que puede dar una amnistía”.
A raíz de la ausencia de Colombia en la sesión de la OEA del 12 de agosto pasado cuando se aprobó una resolución de condena al régimen de Nicaragua por la persecución a la iglesia y otros organismos, el canciller colombiano, Álvaro Leyva Durán, afirmó en un comunicado que la ausencia de su país se debió, entre otras razones, a que la votación de ese día coincidió con “una acción humanitaria de envergadura en Nicaragua” y esperaba que “las filtraciones no tengan consecuencias adversas a lo buscado”.
Por otra parte, recientemente, el diputado sandinista Wálmaro Gutiérrez, analizó en una comparecencia televisada los alcances de una amnistía en Nicaragua.
“La negociación con Colombia es vía Venezuela”, deduce el Sociólogo Vargas. “El asesor principal de la campaña electoral de (Gustavo) Petro es el nuevo embajador de Colombia en Venezuela. Maduro está metido en este rollo de buscar cómo taparle algunos hoyos a Ortega”.
Núñez discrepa. No ve salida negociada. La intervención de Gutiérrez, dice, buscaba más bien justificar el encarcelamiento de opositores. “No habló de la amnistía en futuro, sino en pasado, para explicar por qué están presos”.
Dice que el régimen de Ortega solo está tratado de simular un proceso legal “antes de la Asamblea General de Naciones Unidas y antes de la próxima Asamblea General de la OEA, para tener argumentación frente a los países que ya le están dando la espalda”.
Finalmente, también encuentra un propósito interno. “Ellos necesitan alimentar a su base. Ellos dependen de un pequeño puñado de fanáticos prebendarios y necesitan mantenerlo con suficiente ´estamina´, y este tipo de cosas hace que se mantengan unidos y peleando contra el resto de la ciudadanía. Este tipo de cosas las hacen para mostrar fuerza ante su propia gente, para que sepan que están al mando y no están en retroceso”.
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