La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla) apuntó este viernes a que los mosquitos del género «culex» («pipiens» y «perexiguus»), presentes en zonas de marismas, como la de Coria y La Puebla del Río, donde se ha diagnosticado al menos una docena de casos del virus del Nilo Occidental, son los transmisores de esta enfermedad.
Según la asociación, los estudios del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad señalan a «culex perexiguus» como el género de mosquitos responsable de la amplificación del virus entre aves y su transmisión a caballos y a los «culex pipiens» (considerado el mosquito común) como la principal especie responsable de la transmisión del virus desde aves a humanos.
El «culex pipiens», al contrario que otras especies de mosquitos, está en el medio natural, decantándose por zonas de aguas acumuladas como las de marismas, donde desarrollan su proceso larvario.
Anecpla apela a la calma ya que, según su directora general, Milagros Fernández de Lezeta, «normalmente este mosquito no transmite ningún tipo de enfermedades ni origina consecuencias más allá de las habituales de cualquier picadura de mosquito».
Anecpla recuerda que los mosquitos se contagian del virus del Nilo Occidental cuando pican a aves infectadas (generalmente aves migratorias procedentes de África). Los mosquitos infectados pueden transmitir el virus cuando después pican a los seres humanos y a otros animales mamíferos. El caso más habitual es el de los caballos y el periodo de incubación suele durar entre tres y 14 días.
La fiebre del Nilo Occidental es una enfermedad zoonótica cuyos efectos más comunes son la aparición repentina de dolores de cabeza, fiebre, vómitos, erupción cutánea, inflamación de los ganglios linfáticos, fatiga, dolor ocular o muscular. También puede producir meningitis o encefalitis.
Sin embargo, tal y como señala la Organización Mundial de la Salud, el 80% de las personas que son infectadas con el virus del Nilo Occidental son asintomáticas. Además, esta infección no se transmite de humano a humano.
Sergio Monge, presidente de Anecpla, explica que «el culex desarrolla su actividad a primera hora de la mañana y al final de la tarde, evitando la exposición a las temperaturas más elevadas y más bajas». «Durante el resto del día, se protegen entre la vegetación, escondiéndose del calor de estos meses de verano». Su capacidad de vuelo está limitada a un área no superior a siete kilómetros de las zonas acuáticas donde están los focos de cría, aunque pueden aprovechar corrientes de aire y desplazarse a distancias muy superiores.
Por ello, «la mejor protección frente a este y otros mosquitos, es siempre la prevención», insiste Fernández de Lezeta. «Lo mejor es adoptar medidas de prevención, tales como evitar los paseos al amanecer o atardecer por las zonas de reproducción, colocar mosquiteras en ventanas y puertas, procurar dejar la luz apagada, conectar sistemas repelentes dentro de los domicilios, evitar las zonas de vegetación, no salir en las horas de máxima actividad de estos insectos (amanecer y atardecer) y si lo hacemos, utilizar repelentes, evitar los perfumes intensos, vestir prendas largas y de tonos claros mejor que oscuros, y evitar zonas de vegetación», recomienda Monge.
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