La corresponsal de la Casa Blanca para NBC consiguió apretar a ambos candidatos y dirigir, esta vez con efectividad, el último cara a cara antes de los comicios en Estados Unidos.
La corresponsal de la Casa Blanca para NBC, Kristen Welker, estaba bajo presión. Después del desastroso primer debate presidencial entre Donald Trump y Joe Biden, los ojos estaban puestos en si la moderadora lograría que esta vez los candidatos respetaran las reglas del último cara a cara antes de las elecciones del 3 de noviembre. La periodista superó el objetivo con creces. No solo logró que los aspirantes a la Casa Blanca comunicaran sus propuestas a los telespectadores, sino que preguntó sobre la marcha, dejó espacio a las apelaciones sin perder el control y dirigió, con efectividad, el encuentro. Una vez acabado, le preguntaron a Chris Wallace, moderador del primer debate, qué pensaba. “Estoy celoso”, contestó el veterano de Fox News.
Welker, de 44 años, se convirtió este jueves en la segunda afroamericana en moderar un debate presidencial en la historia de Estados Unidos. Previo al encuentro, Trump la criticó públicamente. La describió como una periodista “terrible”, “parcial”, y falsamente aseguró que había borrado su cuenta de Twitter —con el fin de ocultar mensajes que le quitaran objetividad—. Sin embargo, durante la hora y media de debate, la moderadora no dio pie a juicios sobre su profesionalidad. Incluso, el mandatario la felicitó durante el mano a mano: “Hasta ahora, respeto mucho la forma en que está manejando esto, tengo que decirlo”. Y Twitter comulgó con el mandatario. Convertida en trending topic, todo eran elogios para la periodista.
Un factor que contribuyó a que Welker pudiese realizar su trabajo fue que la Comisión de Debates decidió que para este encuentro se silenciaran los micrófonos del candidato que no tuviese el uso de la palabra, para así evitar las interrupciones y réplicas indebidas durante la exposición inicial, de dos minutos por cada aspirante y bloque temático. Trump descalificó la medida cuando fue anunciada a principios de esta semana, asegurando que era “de locos” y que no había “nada justo” en el modo de debatir acordado. Rondaban las dudas de si el presidente estadounidense iba a cumplir con las exigencias y, en gran medida, lo hizo.
La moderadora conocía bien a quienes tenía enfrente. Durante su carrera cubrió la Administración de Barack Obama con Biden como vicepresidente y lleva casi cuatro años haciendo lo propio con el Gobierno de Trump. Walker se unió a NBC News en 2010, después de haber trabajado cinco años como reportera y presentadora en la estación de televisión WCAU, en su ciudad natal, Filadelfia (Pensilvania). Después de un breve paso por la oficina de Los Ángeles, en 2011 le asignaron la cobertura de la Casa Blanca, donde continúa. A principios de este año comenzó como copresentadora del programa de noticias del sábado Weekend Today.
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