Una enfermera de cuidados intensivos blanca que dijo que, si veía a alguien en la calle que necesitaba ayuda, se sentiría obligada a intervenir. Una abuela negra que dijo no tener experiencia personal con la policía ni con el sistema de justicia penal.
Por Shaila Dewan y Tim Arango | The New York Times
Una viuda caucásica que anda en moto en su tiempo libre y declaró que cree que “todas las vidas importan”. Un hombre de raza negra que trabaja en la banca y dijo que estaba ansioso por formar parte del jurado del “caso más histórico de esta época”.
Estos son algunos de los miembros del jurado designados para sopesar las pruebas en el caso de Derek Chauvin, el expolicía blanco acusado de asesinar a George Floyd, un hombre negro.
El jurado es una mezcla demográfica: tres hombres negros, una mujer negra y dos mujeres que se identificaron como multirraciales. Hay dos hombres blancos y cuatro mujeres blancas. Son residentes urbanos y suburbanos, de edades que oscilan entre los 20 y los 60 años. Los dos suplentes son mujeres blancas.
Los miembros del jurado aportan una serie de puntos de vista sobre Chauvin, Floyd, la raza y la vigilancia policial, algunos forjados por una larga experiencia de vida y otros formados después de que el video de Floyd agonizando bajo la rodilla de Chauvin iniciara un nuevo movimiento por los derechos civiles.
Y, sin embargo, siguen siendo invisibles, solo están a la vista de las pocas personas a las que se les permite entrar a la sala del juicio. Debido a las numerosas amenazas contra las personas implicadas en el caso y a las posibles presiones externas, los doce miembros del jurado y los dos suplentes permanecen en el anonimato y sus rostros no pueden aparecer ante las cámaras.
Durante los alegatos iniciales del lunes, muchos de los miembros del jurado tomaron notas, según los representantes de los medios de comunicación a los que se les permitió entrar a la sala. Durante una de las repeticiones del video, una miembro del jurado se tocó la frente, frotándose la cara y los ojos. Todos los miembros del jurado llevaban cubrebocas debido a los protocolos del coronavirus, por lo que resulta aún más difícil analizar sus reacciones.
La mayor parte de lo que se sabe sobre los miembros del jurado procede del proceso de selección del mismo, más de dos semanas de interrogatorios en los que se abordaron prácticamente todos los temas polémicos de la vida estadounidense, como las restricciones de la COVID-19, Black Lives Matter, el retiro de fondos para la policía, las teorías conspirativas y la adicción a los opioides. El resto lo proporcionó el tribunal: una lista de sus edades aproximadas y razas.
Más de 300 posibles miembros del jurado completaron un cuestionario de catorce páginas donde se les preguntaba su opinión sobre la vigilancia policial, las protestas, la raza y la justicia penal, entre otras cuestiones, y sus respuestas mostraron las dificultades que la defensa debe superar en un caso sobre el que se sabe tanto. Después, los abogados de la defensa y los fiscales interrogaron a los posibles jurados uno por uno.
Al menos diez de los quince miembros del jurado y los suplentes elegidos indicaron que ya se habían formado una opinión “algo negativa” de Chauvin (el tercer suplente fue descartado el lunes). Sin embargo, todos tenían opiniones diversas: varios dijeron que tenían una opinión positiva de la policía, pero que también creían que el sistema de justicia penal estaba sesgado en contra de las personas de color.
La jurado número 92, una mujer blanca de unos 40 años, escribió en un cuestionario que tenía una opinión “muy favorable” de Blue Lives Matter (el movimiento en defensa de la policía).
”Me aterraría que se desmantelaran nuestros departamentos de policía”, escribió, según lo que el abogado defensor leyó en voz alta durante la selección del jurado. “Sin embargo, es evidente que debe haber un cambio”.
Varios miembros del jurado expresaron su consternación por lo ocurrido a Floyd o cuestionaron los actos de los cuatro agentes implicados, tres de los cuales enfrentarán cargos en un juicio aparte. El jurado número 27, un hombre negro de unos 30 años, escribió que Floyd “podría haber sido yo o cualquier otro”, según las respuestas que la defensa le leyó durante el interrogatorio. El número 52, también un hombre de color de unos 30 años, escribió: “Mi opinión ha sido, ¿por qué los otros agentes no detuvieron a Chauvin?”.
El miembro del jurado número 89, la enfermera, dijo que, dado que Floyd había muerto, ella tenía que concluir que el oficial de policía se había arrodillado sobre él durante “demasiado tiempo”. El número 44, un ejecutivo blanco de una organización de salud sin fines de lucro, dijo: “No conozco las leyes y los procedimientos de la policía para los arrestos, pero un hombre murió y estoy seguro de que ese no es el procedimiento”.
Los miembros del jurado dijeron que podían dejar de lado sus opiniones y conocimientos y considerar únicamente las pruebas presentadas.
El abogado defensor, Eric Nelson, utilizó muchas de sus preguntas para sugerir a los miembros del jurado que no conocían la historia completa, en un adelanto de su declaración inicial del lunes, cuando trató de desviar la atención del jurado de lo que saben por haber visto el video y hacer que se concentraran en otras pruebas, como las políticas de capacitación de la policía y los registros médicos de Floyd.
Después de que una posible jurado escribiera que, por lo que había visto, la policía “parecía haber hecho poco a pesar de las súplicas de George y de los transeúntes”, Nelson preguntó a la mujer si había investigado lo que había sucedido antes o después del video. Ella reconoció que no lo había hecho.
La composición racial del jurado es más diversa de lo que muchos esperaban; de hecho, el jurado tiene un mayor porcentaje de personas negras que la ciudad de Minneapolis, cuya población de color es de alrededor de un 20 por ciento.
Sin embargo, tener fuertes opiniones sobre el racismo y la brutalidad policial, basadas en la experiencia personal, tal vez haya sido motivo suficiente para que los rechazaran.
Un posible jurado de color, el número 76, dijo que siempre se había preguntado por qué los agentes de policía rara vez rendían cuentas por la muerte de personas negras, y que formar parte del jurado le permitiría “saber por qué”.
Mencionó que, después de detener o dispararle a alguien, los agentes pasaban por su antiguo barrio tocando la canción “Another One Bites the Dust” (una frase irónica que significa “otro más ha caído”).
(c) The New York Times 2021
Becca Foley colaboró con este reportaje.
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