Es así como mucha gente, la informada o la denunciante, pensaba y se figuraba. Decenas y decenas de víctimas habían descrito sus acciones. Repentinas y violentas. Intimidatorias pero eficaces.
Por Nicolás Wiñazki – Diario Clarín
El Diario Clarín publica en exclusiva documentación oficial venezolanaque muestra y demuestra cómo opera el SEBIN. El respetado ytemido Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional es la fuerza de espionaje político y control social creada por el comandante Hugo Chávez que en Venezuela sostiene al régimen del presidente Nicolás Maduro.
Pasa en las películas o en los relatos de ficción porque pasa en la realidad.
La divulgación de estos documentos ocurre además cuando Venezuela aún se encuentra en estado de shock por la muerte del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo tras ser brutalmente torturado por supuestos miembros a la Dirección de Contrainteligencia Militar, otro órgano de control del chavismo.
Estos documentos internos que llegaron a conocimiento de Clarínson como una radiografía del SEBIN. Permiten conocer detalles antes ignorados de sus acciones: monitoreo de la oposición, de la sociedad civil “adversa a la revolución”, de periodistas nativos y extranjeros, de las tendencias en Twitter. Conocer cómo espiaba y controlaba el SEBIN a dirigentes y referentes políticos internacionales que pasaban una temporada en Venezuela.
Las carpetas están catalogadas con los rótulos de “Secreto” o de “Confidencial”. No describen operativos contemporáneos, de la era Maduro. Son una prueba acerca de cómo el propio Hugo Chávez Frías, su creador, usó al SEBIN para intentar conocer a quienes lo inquietaban.
Un Estado que persigue no sólo a venezolanos o cronistas que llegan desde otras geografías para informar lo que un gobierno no quiere que se informe. Porque estos documentos del SEBIN revelan también, con minucia, cómo fueron espiados los veedores extranjeros que creyeron estar monitoreando de forma independiente las últimas elecciones presidenciales que ganó Chávez, en octubre de 2012.
¿Cuán transparentes son los procesos de elección cuando en todos los centros de votación de un país el gobierno tiene colocados espías para alertar a sus jefes políticos de cualquier ‘mala noticia’?
Como se verá, las comisiones de monitoreo de diferentes países que viajaron a Venezuela para las elecciones del 2012, entre ellas, una de Argentina, fueron objeto de acciones de Inteligencia a tiempo completo. Desde que aterrizaron en el aeropuerto internacional de Maiquetía, en las afueras de Caracas, hasta que partieron.
El SEBIN ya conocía a qué centros electorales iría cada comisión y había tomado recaudos para que se llevaran una buena impresión.
Había ordenado fotografiarlos en secreto. Filmarlos. Seguirlosen autos sin identificación oficial.
Los documentos del SEBIN también demuestran cómo desde hace años esta agencia era capaz de vigilar a los dirigentes opositores, geolocalizándolos mediante sus celulares. Y así lo hacía.
Varios de los actuales líderes de la oposición contra Maduro, como Antonio Ledesma, Leopoldo López, o Julio Borges, fueron objetivos a seguir mediante esa tecnología. Está documentado.
Desde hace muchos años las instituciones venezolanas y su ciudadanía son controladas por un Gobierno voraz por saber lo máximo posible para lograr boicotear a rivales democráticos que intentaban hacer proselitismo democráticamente.
Vigilar. Y castigar. Eso hace el partido oficial en el gobierno. Igual que al periodismo.
Durante las horas de desinformación y nervios en las que se desencadenó la llamada “Operación Libertad”, liderada en suelo venezolano por Juan Guaidó, presidente encargado de Venezuela, con la que intentó quebrar el poder de Nicolás Maduro, el SEBIN fue un protagonista importante, ya en forma pública, de aquel cambio de régimen por ahora fallido.
Agentes del SEBIN dejaron libre de su arresto domiciliario al opositor Leopoldo López, por ejemplo.
Fue un operativo en el que participaron “traidores” a la “revolución” chavista. Agentes del SEBIN que le juraron lealtad a Guaidó. Un plan organizado.
El mismísimo jefe del servicio en esos días, Manuel Ricardo Christopher Figuera, fue acusado por Nicolás Maduro de ser uno de los promotores del complot en su contra. Ya no ocupa más uno de los cargos más relevantes del régimen bolivariano. La mesa de la jefatura del SEBIN fue tal vez el lugar de mayor recolección y reunión de información sobre lo que pasa en Venezuela.
Todo se eleva a la superioridad. Al Jefe. A Maduro. La autenticidad de los documentos del SEBIN publicadas en esta nota fue confirmada a Clarín por agentes de ese mismo servicio secreto.
En el año 2012, el autor de esta nota, junto al equipo de Periodismo Para Todos, el programa de Jorge Lanata en El Trece, fue detenido por agentes de inteligencia chavistas en el aeropuerto.
Estos agentes, vestidos de civil, querían saber quién había filtrado los documentos que ahora se dan a conocer por primera vez. En aquella ocasión se mostró por televisión un documento interno oficial del SEBIN por el cual se ordenaba detener a Lanata y a su equipo a la entrada de Venezuela.
El programa PPT cubrió las últimas elecciones presidenciales de Chávez. Su rival, el opositor Henrique Capriles, era seguido a toda hora por el SEBIN, que recolectaba información y conocía de antemano cuál era su agenda personal y política.
Los agentes del SEBIN jamás llegaron a saber de dónde se habían filtrado los papeles, a pesar de que intentaron de varios modos conocer la fuente de lo que creían entonces era la filtración sólo de una sola entre todas las órdenes que cumplían a diario.
En realidad, la documentación que había llegado a PPT y a Clarín, gracias a una fuente que jamás se revelará, era mucho más rica y más amplia.
La totalidad de esos documentos internos y secretos del SEBIN, que informan y dan cuenta de algunas de sus operaciones múltiples, se revela por primera vez en este informe.
En estos tiempos de convulsión en Venezuela, el contenido de estas revelaciones se reactualiza.
López, Ledesma, Borges, son los principales aliados de Guaidó.
Las lealtades en el SEBIN se rompieron aún más de lo que ya estaban antes.
El propio Figuera, descrito como quien fue el “tercer hombre más poderoso de Venezuela”, ojos y oídos de Maduro, es ahora un funcionario expulsado por el régimen.
Tras participar en la Operación Libertad, escapó a Colombia con la habilidad propia de un jefe de Inteligencia de su talla.
Conspiró, ayudó a López y Guaidó. Y huyó tras el fracaso de un complot interno que llegaba, se sabe ahora, al entorno más íntimo de Maduro y sus ministros.
El General del Ejército de Venezuela, Manuel Ricardo Robert Figura fue parte de esos altos mandos que el chavismo usó para hegemonizar el poder.
Según reveló el propio Figuera a The Washington Post, el régimen de Maduro hace negocios con la venta ilegal de oro; con una de las organizaciones del radicalismo islámico shiíta que es considerada por muchos países como terrorista, Hezbollah. Y reveló una información antes poco conocida pero ya confirmada: la absoluta influencia que mantiene Cuba sobre el propio Maduro en forma personal, a través de comunicaciones y consejos directos que le da Raúl Castro, y también en la acción que despliegan los miembros del servicio secreto cubano en Venezuela.
Bienvenidos. Así espía el chavismo.
Pasen y vean.
Ellos lo vieron antes: Operativo Infiltrado
Una de las carpetas del SEBIN dice Operaciones de Contrainteligencia y está ilustrada con el logo del servicio secreto.
En sus primeras páginas se puede leer un análisis de la influencia contraria a la Revolución que ejercía uno de los tantos líderes de la oposición que intentó sacar del poder a Hugo Chávez en vida, el entonces líder de la ONG “Futuro Presente”, Yoni Goicochea.
En el estudio del SEBIN sobre este “objetivo”, se detalla que su influencia tenía como “epicentro” a la Universidad Católica Andrés Bello.
Y entonces concluye el SEBIN: “La manera más efectiva para obtener información de la ONG en cuestión es por medio de la infiltración, para la cual es necesario captar a una persona que cumpla con ciertas características que le ayuden a mimetizarse en la organización”.
EL SEBIN, según este informe, logró cooptar a un estudiante para transformarlo en un “Patriota Cooperante”. Así llama el SEBIN a agentes civiles que se suman a sus filas como espías infiltrados en determinados espacios de la vida pública venezolana.
Clarín conoce el nombre del “Patriota Cooperante” que el SEBIN logró cooptar en la Universidad Católica Andrés Bello. Su identidad no se dará a conocer porque tal vez su vida corra riesgo si es que sigue actuando del modo en el que el informe del SEBIN lo asegura. O porque quizás ya no lo haga y entonces las amenazas del chavismo sobre su persona pueden ser aún peores.
En el momento que este estudiante fue “abordado” por los espías del SEBIN, tenía 25 años y un perfil acorde para ser “Patriota Cooperante”, explican los papeles secretos que se revelan en esta nota.
Parte de la carpeta sobre este tema cuenta cómo fue la “Forma de captación” de este nuevo “Patriota”: “La captación del PC se realizó mediante varias entrevistas y encuentros de diversa naturaleza con oficiales presentes en la Coordinación de Desarrollo Estudiantil de la UCAB, quienes bajo dicha cubierta le presentaron la posibilidad de dar por otras vías la necesidad de beca manifestada por el PC, ante la negativa del otorgamiento de la misma por parte de las autoridades de la UCAB”.
Es decir, el SEBIN logró convencer a ese estudiante de que se transforme en espía pagándole los estudios que él había solicitado sean becados, cuestión que le fue rechazada por la Universidad.
Una debilidad en el sistema. Aprovechada por el SEBIN: “Se promoverá al PC la idea de vincularse al movimiento estudiantil…”, entonces una vez convencido se le ordenó “buscar, obtener datos sobre sobre las principales figuras, estructuras, planes y demás información de interés para la contrainteligencia a fin de prevenir, detectar y neutralizar las posibles acciones subversivas de esta organización”.
CONFIDENCIAL: Control de las elecciones
Este informe está caratulado como “Confidencial”. Su asunto dice así: “Plan de trabajo, elecciones presidenciales”.
Su objetivo, monitorear los últimos comicios en los que Chávez votó, su último triunfo en las urnas que, como se ve a través de esta operación del SEBIN, fue una victoria que no podía darle ningún tipo de sobresalto: se estaba controlando todo desde la fuerza secreta de un Estado omnipresente.
Primero, el SEBIN afirma en este documento, que era sólo para ser leído por sus autoridades, que se debía “Monitorear las 250 centrales electorales en cuestión, a fin de detectar cualquier irregularidad que se presente en el momento en que los electores sufraguen el derecho a voto”.
Hasta ahí nada parece poco democrático.
Pero de inmediato se revelan los “Objetivos Específicos”. Incluyen acciones de Inteligencia contra parte de las comitivas de veedores internacionales de esos comicios. Ninguna de ellas elevó después algún tipo de crítica al desarrollo de ese acto electoral. Todos habían sido espiados. Todos es todos.
Hay papeles que demuestran que se ordenó hacer Inteligencia a los veedores internacionales en la jurisdicción que le correspondía a la “Base Territorial de Contrainteligencia Cumana”.
El SEBIN había ordenado a sus agentes de cinco municipios que estuvieran bajo control de esta operación oculta. Los espías tuvieron como orden “cubrir la llegada de algún observador internacional en el aeropuerto de Antonio José de Sucre de Cumana, identificar y fotografiar al mismo”. Y luego se tenían que cumplir estos ítems: “Informar de inmediato a la Jefatura de esta Base sobre toda incidencia presentada durante los Comicios Electorales. Tomar fotografías de los diferentes centros de votación. Coordinar seguridad pasiva de Funcionarios del Plan República”.
En esta carpeta del SEBIN se menciona a los agentes destinados a esta misión. A los vehículos que utilizaron. A sus “equipos técnicos”. E incluso se detallan cuáles eran las “subestaciones eléctricas” que abastecerían de energía a esas jurisdicciones.
El Plan de Seguimiento de los veedores extranjeros para controlar a los comicios se extendió a todo el país en aquellas elecciones históricas del 2012.
El SEBIN estaba en todos lados. Y en ninguno a la vez.
El secreto del éxito es el secreto, dice un dicho popular.
Un primer alerta le llegó al SEBIN a través de un “Patriota Cooperante” no identificado.
En el reporte “Secreto” número 4.331, emitido por la “Base Territorial Barquisimeto”, se menciona que debido a información aportada por un infiltrado, se conoció que uno de los Coordinadores Generales de la Comisión Nacional Electoral (del que no se dará el nombre para cuidar su figura aunque se desconoce qué fue de él y qué caminos tomó en los últimos tiempos), había decidido no tomar la “propuesta que su equipo de trabajo le había entregado días pasados, el cual consistía que los observadores internacionales visitaran o monitorearan diez centros electorales que por tradición han sido dominados por los sectores afectos al proceso revolucionario” (sic).
Este funcionario cambió de golpe su opinión y decidió que los veedores extranjeros serían trasladados durante los comicios a otros diez centros de votación. Según el parte secreto del SEBIN, esto causó enojo en diferentes ámbitos del poder político y de la fuerzas militares y de seguridad, porque “al parecer el Coordinador Regional del CNE, lo que busca es que los invitados internacionales no se lleven una buena impresión del proceso electoral en esta ciudad, ya que antes y durante el proceso eleccionario se podrían generar situaciones irregulares organizadas por opositores”.
MÁS DOCUMENTOS
Como se explicó en la introducción de este artículo, Clarín también da a conocer otros documentos del SEBIN, como un seguimiento muy detallado de las actividades proselitistas que realizó el entonces opositor con más chances de vencer a Chávez en las urnas, Henrique Capriles.
“Respuesta a requerimiento N° 037, referente a actividades proselitistas de Henrique Capriles Radonski”, dice el “Asunto”.
El informe de los espías es una enumeración de los municipios que recorrió en agosto del 2012 el “opositor”, con número de participantes de cada acto, cuántos vehículos se usan para las caravanas de Capriles. Cuántas motos lo acompañaban en esa gira de campaña. A Capriles se lo llaman “Candidato adverso”.
En el municipio de Camaguán, por ejemplo, se lo fotografió saludando a sus militantes desde arriba de una camioneta. También se registraron imágenes de su visita a Guayabal. Y se usó la tecnología también para intentar identificar a los “motorizados” que lo seguían.
En una de las páginas se lee esta “Nota”: «Se mantienen activados los mecanismos de contrainteligencia, con el fin de informar en tiempo real a la superioridad».
Tras la muerte de Chávez, el régimen bolivariano se radicalizó con Nicolás Maduro como presidente y como ideólogo y también con un alto funcionario, otro “heredero” del poder bolivariano: Diosdado Cabello.
El SEBIN, de a poco y con cada vez más acciones violentas, perdió el carácter de absoluta confidencialidad y secreto en el que actuaban sus agentes.
La visita de políticos del extranjero a una Venezuela sumida en una hiperinflación, con funcionarios investigados por corrupción y narcotráfico en los Estados Unidos, la producción petrolera en baja total, la falta de alimentos y de medicinas básicas y el delito de todo tipo cada vez más creciente en las calles, fue develando de a poco a la comunidad internacional informada y a su élite dirigencial cuáles eran los métodos del SEBIN para perseguir a los “opositores”.
Se encarceló a dirigentes como Leopoldo López.
La cárcel a políticos se hizo una práctica habitual en Venezuela. Incluso las redadas del SEBIN fueron filmadas por algunos familiares de los detenidos sin orden judicial ni debido proceso.
Hoy, el ex jefe de esa fuerza entrenada por el espionaje cubano, Christopher Figuera, relata desde los Estados Unidos, en público, parte de lo que conoce del régimen al que perteneció desde una posición de absoluto poder.
En la entrevista a The Washington Post se sinceró: “Tengo una gran deuda con la gente que sigue en la cárcel”, soltó casi llorando. Y continuó: “La gente que se le murió familia y no los pudieron ni ver. Eso me quiebra”. Según Figuera, que está bajo interrogatorio de las agencias de Inteligencia norteamericanas, para pesadilla de Maduro, aún ”hay mucha gente ahí que es inocente, y yo tengo una deuda con ellos. No se hizo todo lo que se pudo. Yo pensé en algún momento que podría sensibilizar a Maduro. No pude”.
Entre los documentos del SEBIN que se publican en Clarín, se pueden ver varios de ellos con seguimientos a una de las actividades que más irrita al chavismo. El periodismo. Hay análisis de las cuentas de Twitter de hombres de prensa que se expresaban en esa red social, de políticos también. Y órdenes para hacer espionaje o requisar y controlar a mujeres y hombres de los medios internacionales que el SEBIN sabía de antemano que llegarían a Caracas.
Aunque la persecución a los periodistas críticos al chavismo fue y es brutal, todo mientras el gobierno cerró o estatizó medios audiovisuales y ordena acciones de censura, nunca pudo, ni podrá, tapar con ninguna fuerza secreta o con esas acciones violentas pero inútiles a algo que aterra a las autoridades pero es, por esencia, irrefrenable: la realidad de Venezuela se fue conociendo de a poco, los secretos de sus líderes también. Y se seguirá informando sobre cada acontecimiento importante que ocurra en el ámbito público. El SEBIN ya no es confiable para el Presidente. Todo se sabe. Y se sabrá. Más.