Rusia bloqueó hoy tres vuelos de la Unión Europea (UE) a Moscú, al negar a Air France y a Austrian Airlines cambiar de ruta para poder eludir territorio bielorruso, en una muestra de apoyo a Bielorrusia en su enfrentamiento más reciente con Occidente.
«La Administración Presidencial no se dedica al control del tráfico aéreo», recalcó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.
El portavoz hizo este comentario después de que dos vuelos de la aerolínea Air France y uno de la austríaca Austrian Airlines con destino a Moscú tuvieran que ser anulados por la negativa rusa a ofrecerles una alternativa al sobrevuelo de Bielorrusia.
EL KREMLIN MANTIENE EL SILENCIO
El Kremlin recomendó contactar a las autoridades de aviación de Rusia, que, sin embargo no han respondido hasta ahora a las consultas de Efe sobre el motivo de esta decisión.
«Un cambio de ruta debe ser aprobado por las autoridades. Las autoridades rusas no han emitido esa autorización», resumió una portavoz de Austrian Airlines el motivo por el que el vuelo OS601 entre Viena y Moscú ha tenido que ser cancelado.
El Ministerio austríaco de Exteriores dijo que «la reacción rusa no guarda ningún tipo de proporcionalidad», y pidió a Moscú «no entorpecer de forma artificial el tráfico aéreo entre Rusia y Europa».
La aerolínea francesa a su vez tuvo que cancelar dos vuelos a Moscú -uno ayer y uno de mañana- debido a que las autoridades rusas exigen «una nueva autorización» para ingresar a territorio ruso tras el cambio de ruta.
La aerolínea rusa Aeroflot ha aprovechado el momento y ha anunciado que algunos pasajeros de los vuelos cancelados volarán a Moscú con uno de sus aviones, un espacioso Boeing 777.
Las dos compañías comunitarias, junto a otras muchas, han decidido seguir la recomendación emitida el pasado día 24 por los líderes de la UE de que eviten el espacio aéreo de Bielorrusia, a cuyas aerolíneas -principalmente la estatal Belavia- los Veintisiete prohibió sobrevolar el espacio aéreo comunitario.
Ello después del desvío forzoso al aeropuerto de Minsk ordenado el pasado domingo por el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, de un vuelo de la aerolínea Ryanair que cubría la ruta Atenas-Vilna, con el argumento de una amenaza de bomba a bordo.
La medida sirvió para detener a un periodista opositor, Román Protasevich, y su novia, la ciudadana rusa Sofía Sapega.
UN ESPACIO SOBRE BIELORRUSIA VACÍO DE VUELOS
Desde el miércoles solo aerolíneas chinas y rusas sobrevuelan Bielorrusia, según se puede constatar en el servicio de seguimiento de vuelos FlightRadar24.
Entre las compañías que han decidido evitar el espacio aéreo de Bielorrusia figuran, además de Air France y Austrian Airlines, Lufthansa, Swiss, Finnair, Iberia, la polaca LOT, Air Baltic, KLM o la propia Ryanair.
Además, Ucrania ha suspendido de todos los vuelos entre ambos países y ha prohibido a sus compañías aéreas cruzar el espacio aéreo bielorruso, a pesar de que el aeropuerto de Kiev perderá por la medida el 10 % de sus ingresos.
Belavia a su vez anunció hoy la cancelación de vuelos a ocho países, entre ellos España, a partir de este jueves debido al cierre del espacio aéreo por parte de la UE para la compañía.
Se trata de Polonia (Varsovia), Italia (Milán y Roma), Países Bajos (Ámsterdam), Alemania (Fráncfort, Berlín, Múnich y Hannover), Austria (Viena), Bélgica (Bruselas), España (Barcelona) y Rusia (Kaliningrado).
Las autoridades aeronáuticas de Bielorrusia, país que registra más de 2.000 sobrevuelos a la semana normalmente, han minimizado en declaraciones a Efe las pérdidas por el veto comunitario.
El vicedirector general de Belaeronavigatsia, Valerian Grod, calculó el martes que la disminución del tráfico aéreo podría ocasionar a Bielorrusia pérdidas de «hasta un 5 %», aunque se negó a ser categórico al respecto.
EL APOYO SOLITARIO DE PUTIN
Lukashenko, que ha defendido el miércoles su actuación y amenazó a Occidente con contrasanciones, como un embargo alimentario o restricciones al tránsito de sus bienes, cuenta ya solo con el apoyo del presidente ruso, Vladímir Putin, con quien se reunirá mañana en la ciudad balneario de Sochi.
Moscú, con su ministro de Exteriores a la cabeza, Serguéi Lavrov, ha recalcado desde el inicio que la detención del periodista crítico con el régimen de Lukashenko es un «asunto interno» de Bielorrusia y ha pedido dejar de «demonizar» ese país, al recalcar que Minsk ha ofrecido desde el primer momento una investigación con expertos internacionales.
El portavoz del Kremlin ha adelantado que los dos hablarán no solo de Sapega, sino también de la «situación en torno» al incidente con el vuelo de Ryanair, calificada por la UE de «piratería» y «secuestro de Estado» de un avión comercial europeo. EFE
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