Rusia notificó este viernes 1.254 fallecimientos por COVID-19, nuevo máximo diario de decesos desde el comienzo de la pandemia por tercer día consecutivo, informaron las autoridades sanitarias. Los datos se conocen a 12 días de finalizado el período de confinamiento que tomo primero a Moscú y luego a todo el país, pero que no ha impactado hasta el momento en el saldo de víctimas y apenas ha provocado una leve baja en los contagios.
El mayor número de muertes se registró en Moscú (95), seguida de San Petersburgo (77) y la región de Krasnodar (69).
Desde el inicio de la pandemia, en Rusia han fallecido 261.589 personas por el coronavirus, si bien las estadísticas oficiales sobre exceso de muertes en el mismo periodo casi duplican esta cifra.
En todo el país se registraron además en las últimas 24 horas 37.156 nuevos casos de COVID-19, casi 200 menos que el jueves. De esta manera, Rusia lleva ya una semana con menos de 40.000 contagios diarios.
En Moscú, el principal foco de la pandemia en el país, se detectaron 3.371 nuevos contagios, frente a los 4.062 reportados el día anterior.
Según la teniente de alcalde moscovita, Anastasía Rákova, en la capital rusa la ocupación de las camas hospitalarias ha bajado en un 50% ante una mejora de la situación epidémica.
En total el país acumula a días de hoy 9.257.068 casos de coronavirus y es el quinto del mundo después de Estados Unidos, India, Brasil y el Reino Unido por el número de contagios documentados.
Las autoridades rusas atribuyen el fuerte aumento de nuevos contagios y de muertes a la agresividad de la variante delta, la falta del cumplimiento estricto de las reglas sanitarias por parte de muchos rusos y, sobre todo, a la baja tasa de vacunación en el país.
Según los datos oficiales del último viernes, en la nación que fue pionera a la hora de registrar su propia vacuna anti covid, solo 57.961.578 ciudadanos han recibido la pauta completa de vacunación, lo que sitúa la inmunidad colectiva en el 49% del 80 % al que aspiran las autoridades.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, reconoció el miércoles que la Presidencia se equivocó al calcular que la pandemia duraría entre seis meses y un año, tras la decisión de prorrogar hasta 2024 las medidas de prevención frente al coronavirus.
“Todo el tiempo tenemos que prolongar estas normas. Al principio, pensábamos que la pandemia iba a terminar al cabo de seis meses o un año, pero ahora vemos que nos habíamos equivocado en nuestros cálculos. Nos acercamos a los dos años de la pandemia y no se ve cuándo va a parar”, destacó.
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