El caos se apoderó del Aeropuerto de Shanghái este martes tras la suspensión de los vuelos en esa terminal como medida de precaución ante el hallazgo de varios casos positivos de COVID-19 entre los empleados del flete aéreo.
Más de 500 vuelos que debían despegar de Shanghái-Pudong fueron anulados y cerca del 45% de los vuelos que debían aterrizar también fueron suspendidos, indicó el sitio especializado Variflight.
Las autoridades de Shanghái confirmaron siete enfermos en la instalación, los cuales fueron detectados en los últimos días, dando lugar a una campaña masiva de tests y vacunación de los trabajadores con más riesgo.
En la noche del domingo al lunes personal médico con atuendos de protección integral condujo a numerosos empleados hacia un parking para efectuar pruebas de detección del coronavirus.
El lunes por la mañana, ya se habían efectuado tests a más de 17.000 personas, según la agencia oficial Xinhua, que precisó que sobre los 11.500 resultados obtenidos hasta ahora todos fueron negativos.
China ha controlado la epidemia desde la pasada primavera boreal, gracias a tests, confinamientos o cuarentenas, y la vida ha recuperado su pulso casi normal, salvo algunos focos.
Hasta el lunes el número total de infectados activos y con síntomas en la China continental quedó en 322, de los cuales seis se encuentran en estado grave. La Comisión Nacional de Sanidad no anunció nuevos fallecimientos, por lo que la cifra se mantuvo en 4.634, inamovible desde mediados de mayo.
Con información de Infobae
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