El ministro sirio de Exteriores, Faisal al Miqdad, insistió este lunes durante un encuentro con el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, en que la comunidad internacional debe levantar las sanciones contra Damasco tras los terremotos registrados la semana pasada.
Durante el encuentro en Damasco, el jefe de la diplomacia siria destacó la necesidad de terminar con «todas las medidas coercitivas unilaterales» impuestas a lo largo de la última década contra diferentes personas y entidades del país árabe, informó la agencia oficial SANA.
El Gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad, ha denunciado que el envío de asistencia humanitaria tras los seísmos se está viendo obstaculizado por las sanciones de Estados Unidos, la Unión Europea y otros países, algunas de ellas en vigor desde los inicios del conflicto en 2011 y algunas más recientes.
Según SANA, Al Miqdad también aseguró al enviado de la ONU que su Ejecutivo está preparado para enviar ayuda humanitaria a los afectados por la catástrofe «en todas las áreas sin discriminación», días después de que anunciase su disposición a trasladar suministros a las regiones rebeldes del noroeste del país.
Una fuente diplomática que pidió el anonimato había afirmado a EFE que el pasado jueves un camión con asistencia enviada por Damasco estaba esperando para cruzar a las zonas opositoras desde Saraqib, una localidad de la provincia noroccidental de Idlib retomada por las fuerzas gubernamentales hace tres años.
Sin embargo, el Organismo de Liberación del Levante, una alianza islamista en la que se incluye la exfilial siria de Al Qaeda y que domina amplias zonas de Idlib, negaron que ningún camión de Damasco vaya a entrar a sus áreas desde Saraqib.
Por su parte, Pedersen también trasladó durante el encuentro la importancia de que la ONU continúe ayudando en «todas» las regiones del país tras la tragedia, que ha afectado a zonas controladas por el Gobierno de Al Asad y también a otras en manos de los grupos opositores e insurgentes.
«Me complació escuchar garantías por parte del Gobierno sirio de que nos apoyarán en el trabajo que estamos haciendo en toda Siria«, indicó el responsable de las Naciones Unidas en declaraciones a la prensa tras la reunión.
Reconoció que tras los seísmos hubo «un desafío particular» para hacer llegar asistencia a los bastiones rebeldes, que no obtuvieron su primer convoy hasta pasados cuatro días, pero aseveró que la respuesta está «siendo ahora corregida» aunque no se puedan «resolver todos los problemas» afrontados al inicio de la tragedia.
También se encuentra hoy en el país el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths.
Según los últimos recuentos, los seísmos han dejado al menos 3.575 muertos y 5.291 heridos en Siria, si bien tanto el Ministerio de Salud sirio como los Cascos Blancos, que lideran las labores de búsqueda en las regiones rebeldes, ya no están actualizando sus cifras con frecuencia. EFE
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