El primero de cinco buques enviados por Irán con combustible y productos petroleros a Venezuela entró este sábado a aguas bajo jurisdicción del país caribeño, en medio de una escalada de tensiones con Estados Unidos.
«Ya los buques de la hermana República Islámica de Irán se encuentran en nuestra zona económica exclusiva», celebró en Twitter el nuevo ministro de Petróleo venezolano, Tareck El Aissami, sancionado por Washington y uno de los funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro, entre los cuales se cuenta el propio mandatario socialista, acusados de «narcoterrorismo» por la justicia estadounidense.
El tanquero Fortune se encontraba en las coordenadas 11°03’40»N y 62°08’43»O sobre las 21H00 locales (01H00 del domingo GMT), en las proximidades de las costas del estado Sucre (norte de Venezuela), luego de pasar frente a Trinidad y Tobago, de acuerdo con Marine Traffic.
Integra una flota con una carga de 1,5 millones de barriles de gasolina, según reportes de prensa, que llega tras un cruce de amenazas entre Teherán y Washington.
El gobierno iraní había advertido en días anteriores que habría «consecuencias» si Estados Unidos, su enemigo histórico desde hace más de 40 años, impedía la llegada de los tanqueros a Venezuela. Washington, en tanto, tachó de «preocupantes» los lazos entre Irán y Venezuela.
El Fortune planea navegar hasta la refinería El Palito, en Puerto Cabello (estado Carabobo, norte), según la televisora estatal. Tal como había anunciado el jueves el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, la embarcación es escoltada por naves de la Fuerza Armada.
El resto de los buques iraníes que espera Venezuela, bautizados Forest, Petunia, Faxon y Clavel, arribarán en los próximos días, informó la televisión estatal.
Un país tiene en su zona económica exclusiva soberanía para la «exploración y explotación» de recursos, pero terceros Estados tienen «libertades de navegación y sobrevuelo», según la ONU.
– «A la buena de Dios» –
Los buques iraníes llegan a una Venezuela semiparalizada por la escasez de gasolina. El desabastecimiento, crónico desde hace años en zonas fronterizas, se ha agudizado durante la cuarentena ordenada en marzo frente al nuevo coronavirus, que deja 1.010 contagiados y 10 muertos en el país.
En Caracas se forman kilométricas colas de vehículos a diario en las estaciones de servicio, donde se raciona el combustible.
Trasnochado, esperando «a la buena de Dios», Teodoro Lomonte hacía fila el sábado con la esperanza de llenar el tanque de su vehículo el domingo. Empezó la cola la noche del viernes.
«A ver cuántos litros nos van a surtir», dijo resignado a la AFP este vendedor de 50 años.
Los buques iraníes dan «aire» al gobierno de Maduro, pero no tendrán «impacto real sobre escasez actual de gasolina», comentó a la AFP el especialista petrolero Luis Oliveros.
La producción de crudo de Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras del mundo, viene en caída libre por un colapso de la industria que expertos atribuyen a políticas erradas, falta de inversión y corrupción. La actividad de sus refinerías se ha desplomado al mismo tiempo, por lo que importa gasolina en los últimos años para cubrir el consumo interno, pese a lo cual mantiene irrisorias tarifas.
La estatal petrolera PDVSA produjo el mes pasado poco más de 600.000 barriles diarios, según la OPEP, una quinta parte de lo que colocaba hace una década.
– «Estamos listos» –
A la espera de los buques iraníes, la Fuerza Armada realizó el jueves pruebas de misiles en La Orchila, isla al norte de Venezuela, como parte de los ejercicios militares «Escudo Bolivariano», un despliegue permanente ordenado en febrero con el que Maduro renovó su retórica antiimperialista contra Washington.
«Estamos listos para lo que sea y cuando sea», manifestó el miércoles Maduro, celebrando el envío del presidente iraní, Hassan Rouhani.
En una carta dirigida al secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, el canciller iraní, Mohamad Javad Zarif, denunció el domingo pasado «movimientos de Estados Unidos para desplegar su Marina en el mar Caribe con el fin de intervenir y perturbar» el tránsito de los buques.
Zarif agregó que Estados Unidos sería responsable de las «consecuencias de cualquier medida ilegal».
Irán ha expresado en reiteradas ocasiones su respaldo a Maduro, mientras que el líder opositor Juan Guaidó considera que el reforzado acercamiento entre Teherán y Caracas es un «motivo de alarma» para América Latina.
En un comunicado, Guaidó -jefe parlamentario reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países, encabezados por Estados Unidos- consideró el jueves que los barcos «solo servirán para enriquecer a la mafia dictatorial», refiriéndose a un mercado negro que florece con la escasez de gasolina, y «suministrar por pocas semanas» a la población.
AFP
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