El juez Yvickel Dabrésil, detenido el fin de semana pasado y acusado por el Gobierno de Haití de organizar un golpe de Estado contra el presidente Jovenel Moise, deberá ser puesto en libertad, según ordenó este miércoles un tribunal.
EFE
La orden fue dictada por el Tribunal Civil de Croix-des-Bouquets, pero todavía no ha sido hecha efectiva y no es extensiva al resto de los cerca de 20 arrestados bajo la acusación de planear el golpe de Estado y de conspirar para atentar contra la vida del mandatario, que seguirán en prisión preventiva.
La decisión se produce después de que el Gobierno haitiano recibiera presiones por parte de Estados Unidos y de la Organización de Estados Americanos (OEA) debido a la decisión de Moise de dictar la jubilación forzosa de tres jueces acusados de conspirar contra el Gobierno, en un decreto en apariencia inconstitucional.
Entre esos tres jueces figura también Joseph Mécène Jean Louis, el magistrado que fue nombrado «presidente interino» por la oposición el lunes, en un intento de disputar la legitimidad de Jovenel Moise.
PRESIONES DESDE WASHINGTON
Este miércoles, la subsecretaria adjunta de la Oficina de Asuntos para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EE.UU., Julie Chung, informó de que mantuvo una conversación con el ministro de Exteriores haitiano, Claude Joseph, acerca del decreto por medio del cual fueron obligados a retirarse los jueces.
«Haití necesita tribunales fuertes e independientes y un Legislativo elegido», afirmó Chung, también en alusión a la necesidad de celebrar elecciones para renovar el Parlamento (bicameral), que está clausurado desde enero de 2020 debido al aplazamiento de los comicios programados para 2019.
Las palabras de la subsecretaria fueron en línea con un duro comunicado divulgado en la víspera por la embajada de su país en Puerto Príncipe y otra nota emitida por la OEA, también el martes, en el que expresaron su «preocupación» por el retiro de los jueces.
Tanto Washington como la OEA coinciden en que el mandato de Moise dura hasta 2022, una tesis contestada por la oposición, que considera que el tiempo de gestión del mandatario expiró el domingo pasado.
Además, Estados Unidos y el organismo regional apoyan los planes del Gobierno haitiano de celebrar elecciones este año, aunque hay matices que diferencian la posición de ambos.
LAS PROTESTAS CONTINÚAN
Al margen de las presiones políticas internacionales, la oposición realizó este miércoles la primera manifestación organizada después de desatarse la crisis, el pasado fin de semana.
Unos pocos cientos de personas se congregaron en la protesta en el centro de Puerto Príncipe, en la que corearon consignas como «abajo la dictadura» y en la que también se vertieron críticas contra EE.UU. y la OEA, principales apoyos del mandatario haitiano.
Las manifestaciones de este miércoles fueron reprimidas por la Policía con gases lacrimógenos.
Los policías también usaron gases contra los periodistas debidamente identificados que cubrían la marcha, circunstancia que recibió la condena por parte de la Asociación de Periodistas de Haití.
Las agresiones contra periodistas durante las manifestaciones han sido crecientes desde finales del año pasado y se han acentuado coincidiendo con la escalada de la crisis política.
UN PUNTO MUERTO ENTRE GOBIERNO Y OPOSICIÓN
Mientras, en los despachos del Gobierno y de la oposición poco parece haberse movido desde que Haití amaneció el lunes pasado con dos presidentes.
El juez Jean Louis no se ha vuelto a dejar ver desde el video grabado en el que, el lunes pasado, aceptó el encargo de la oposición de asumir la jefatura del Estado para liderar la «transición».
En el otro lado, Jovenel Moise siguió intentando dar impresión de normalidad, al divulgar hoy imágenes de la despedida que le dio al nuncio apostólico, Eugene Nugent, en el fin de su misión en Haití.
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