El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, el expresidente Donald Trump, anunció el jueves que encargaría al magnate Elon Musk, fundador de Tesla y dueño de la red social X, encabezar una reforma de la administración pública si resulta electo.
AFP
Durante un discurso sobre su programa económico en Nueva York, Trump aseguró que Musk «aceptó» la misión de realizar una «auditoría completa» del Estado para eliminar un despilfarro de «billones».
Musk, el hombre más rico del mundo según Forbes, se ha convertido en una nueva voz en la política estadounidense, pero es criticado por usar la plataforma X, antes Twitter, como megáfono de teorías conspirativas de la derecha desde que la compró en 2022.
Trump indicó que por sugerencia de Musk creará, de resultar ganador de los comicios, «una comisión de eficiencia gubernamental encargada de conducir una completa auditoría financiera y de gestión de todo el gobierno federal», con el fundador de SpaceX como cabeza de esa entidad.
Para empezar «esta comisión desarrollará un plan de acción para eliminar totalmente el fraude y los pagos indebidos en seis meses», declaró Trump ante el Economic Club de Nueva York. «Esto ahorrará miles de millones de dólares».
Sin embargo, el republicano no identificó los gastos que pretende recortar, mientras que expertos se muestran escépticos.
«Deseo servir a Estados Unidos si surge la oportunidad. No necesito sueldo, ni título, ni reconocimiento», publicó por su parte Musk en X.
Trump también reiteró su plan de recortar impuestos y aumentar aranceles a las importaciones, y sostuvo que planea eliminar 10 regulaciones oficiales por cada una que se cree.
A dos meses de las presidenciales del 5 de noviembre, el magnate republicano se comprometió además a hacer de Estados Unidos «la capital mundial del bitcóin y las criptomonedas».
«En lugar de combatir las industrias del futuro, las respaldaremos», aseguró.
En tanto, los abogados de Trump volvieron a los tribunales en Washington debido la causa federal abierta contra él por haber presuntamente intentado alterar los resultados de las elecciones de 2020.
– Harris en Pensilvania –
A algunos cientos de kilómetros de donde Trump dio su discurso, su rival demócrata, Kamala Harris, llegó a Pensilvania, el que puede ser el estado más crucial de las presidenciales.
La entrada de la vicepresidenta a la carrera por la Casa Blanca, hace solo seis semanas, recargó de entusiasmo a las bases demócratas que dudaban de las posibilidades de Biden ante Trump, aunque los dos bandos esperan unas elecciones muy reñidas.
Sin eventos públicos anunciados, Harris estará allí cinco días rodeada de asesores al tiempo que se prepara para el debate con Trump la próxima semana.
El debate del 10 de septiembre durará 90 minutos. Los dos candidatos estarán de pie, sin notas y sin público.
Los micrófonos se abrirán cuando sea su turno de hablar y los candidatos dispondrán de dos minutos cada uno para responder a las preguntas de los periodistas y un minuto adicional para detalles y aclaraciones.
El expresidente republicano también visitó el miércoles Pensilvania, un estado golpeado por la desindustrialización, que ganó por pocos votos en 2016 ante Hillary Clinton, pero que luego perdió también por escaso margen en 2020 frente a Biden.
– Injerencia rusa –
Washington señala tentativas de injerencia rusa en los comicios, por lo que el miércoles anunció una batería de medidas.
Sin responder directamente a estas acusaciones, el mandatario ruso Vladimir Putin manifestó el jueves, en tono sarcástico, su apoyo a la candidata demócrata Kamala Harris en la elección presidencial estadounidense.
El presidente Biden «ha recomendado a sus electores apoyar a la señora Harris, así que nosotros también la apoyaremos», dijo Putin en un foro económico en Vladivostok, en el extremo oriente ruso.
«En segundo lugar, (Harris) tiene una risa tan expresiva y contagiosa que demuestra que le está yendo bien», agregó.
La Casa Blanca reaccionó y exigió al presidente ruso que «cese de interferir».
– Industria –
En Pensilvania, la vicepresidenta tendrá muy presente la polémica sobre la compra de la siderúrgica estadounidense US Steel.
La Casa Blanca se dispone a bloquear la adquisición por la japonesa Nippon Steel por 14.000 millones de dólares, que aún espera autorización de los reguladores.
Pero la empresa con sede en Pittsburgh, capital histórica del acero en Estados Unidos, advierte que un bloqueo podría conllevar el despido de miles de empleados y el cierre de instalaciones.
El lunes la candidata demócrata, de 59 años, dijo que quería mantener al grupo en manos de inversores estadounidenses.
El expresidente Donald Trump también prometió oponerse a esta operación.
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones, descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale clic a +Unirme.