El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, bajo cuarentena por coronavirus en la Casa Blanca y que tiene restringidos los viajes, está buscando la manera de poner nuevamente en marcha su lucha por la reelección y organizar un regreso cuando faltan cuatro semanas para el día de las elecciones.
Reuters
Trump ha estado buscando opciones para difundir su mensaje y disputar al candidato demócrata Joe Biden los estados donde se decidirá la elección del 3 de noviembre, dijeron asesores.
Se discutió que Trump ofreciera un discurso nacional y se considera una presentación a votantes mayores para el jueves. El debate del vicepresidente Mike Pence con la candidata demócrata a la vicepresidencia Kamala Harris en Salt Lake City será el centro de la campaña el miércoles.
Las complicaciones abundan. Los ayudantes de Trump dicen que está impaciente por volver a la campaña e insisten en debatir con Biden el 15 de octubre en Miami, pero el demócrata dijo el martes que no participará si Trump no está libre de virus.
El jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, dijo el miércoles que Trump estaba ansioso por volver a trabajar en la Oficina Oval y que ha estado despachando en un espacio improvisado en su residencia en la Casa Blanca desde que regresó el lunes después de tres días en el hospital.
“Ayer (martes) quería ir al Despacho Oval. Si decide ir al Oval tenemos protocolos de seguridad”, dijo Meadows a periodistas, añadiendo que habría equipo de protección personal y ventilación adecuados.
Meadows añadió que Trump, que ha recibido tratamiento con un esteroide que se usa normalmente en los casos más severos, está “con muy buena salud”.
Cualquier impulso político que Trump pueda obtener de una nueva inyección de dinero a los bolsillos de los estadounidenses parece estar fuera de su alcance, después de que canceló abruptamente las negociaciones con los demócratas el martes, con ambas partes muy separadas en cuanto a la cantidad de dinero que se necesita.
Tanto Biden como la principal demócrata del Congreso, Nancy Pelosi, acusaron a Trump de abandonar a los estadounidenses necesitados. La senadora republicana Susan Collins, que se enfrenta a una dura reelección en su estado natal de Maine, calificó la decisión de Trump como un “gran error”.
Con un aumento de los despidos en sectores clave que amenaza la frágil recuperación, Trump instó al Congreso a aprobar rápidamente 25.000 millones de dólares en fondos para las aerolíneas, 135.000 millones de dólares para las pequeñas empresas y proporcionar cheques de estímulo para los estadounidenses. “Estoy listo para firmar ahora mismo”, escribió Trump en un tuit.
Meadows dijo que no era optimista de que se pueda llegar a un acuerdo y que el gobierno de Trump respaldaba un enfoque más gradual.
La campaña de Trump para conseguir la confirmación antes de las elecciones de la jueza Amy Coney Barrett en el Senado, controlado por los republicanos, también puede estar en duda, ya que tres legisladores republicanos se contagiaron de coronavirus y puede que no consigan votar por la candidata a la Corte Suprema.
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