Hace unas horas, el gobernador del Caquetá, Arnulfo Gasca, fue víctima de un atentado, presuntamente realizado por disidencias de las Farc presentes en la región. SEMANA tiene información exclusiva acerca de lo que se conoce hasta el momento.
El gobernador, a pesar de las hipótesis planteadas de manera inicial, no habría estado en la inauguración de una carretera, sino en un evento político en apoyo de Mauricio Cuéllar, candidato a la Cámara del Partido Conservador en el Caquetá.
Asistentes al evento le afirmaron a SEMANA que el gobernador, de manera inusual, habría asistido sin las medidas de seguridad convenientes y sin un helicóptero, que sería lo normalmente establecido para esta clase de situaciones, según informa la fuente.
Además, el gobernador y las personas que lo acompañaban llegaron en horas de la noche a la cita. Las fuentes de SEMANA aseguran que estos eventos son realizados, usualmente, en el día.
Este medio conoce, a través de fuentes al interior de la Gobernación, que por lo menos tres policías murieron en el atentado, dos en la escena y uno en un hospital cercano al lugar de los hechos. Gran parte de los heridos serían miembros de la fuerza publica, principalmente de la Policía Nacional, que se habrían persignado antes de salir del lugar, informa la fuente. Así mismo, algunos civiles no habría sido evacuados de manera inmediata.
Los policías se habrían desplazado en camionetas no blindadas, motos y un camión tipo turbo, vehículos en los que habrían sido víctimas del atentado.
Los presuntos autores del crimen, según la información recibida por SEMANA, serían miembros del frente Gentil Duarte o disidencias comandas por Iván Márquez, ambos grupos residuales de las antiguas Farc.
El Caquetá estaría atravesando un grave problema de seguridad. Según fuentes, los atentados tendrían que ver con la mínima implementación del Acuerdo de Paz en los departamentos principalmente afectados por el conflicto armado. Esto ha sido consecuencia de la poca presencia del Estado en las regiones más afectadas por el conflicto tras la firma del Acuerdo de La Habana.
El departamento se encuentra bajo zozobra por la presencia de grupos armado ilegales, lo que pone en tela de juicio la actual política de seguridad. Especialmente, teniendo en cuenta la presencia de actores transnacionales interesados en el fortalecimiento de grupos ilegales en el departamento. La preocupación que persiste en la región está alrededor del fortalecimiento de estructuras financiadas por estructuras del narcotráfico, interesadas en desestabilizar la democracia en la región.
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