Investigadores españoles han descubierto que un gen presente en las células que rodean los tumores, y que forman el denominado estroma tumoral, es clave en la progresión del cáncer de mama. Los detalles del hallazgo se han publicado en Cancer Research.
Dirigido por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y realizado en un modelo de ratón, el estudio demuestra que la ausencia del gen SNAI2 en el estroma tumoral hace que este tenga más complicado activarse, cumplir su función y crecer.
De forma global, las células tumorales se desarrollan y crecen rodeadas de otras células no tumorales que forman el estroma tumoral.
La función del estroma, cuando se activa y se incrementa su capacidad funcional, es generar nuevos vasos sanguíneos que permitan que lleguen los nutrientes y el oxígeno a las células tumorales para su crecimiento; de este modo, el tumor crece y progresa.
El estroma activado no es específico del cáncer, sino que es el mecanismo para crecer de todo tejido normal, como sucede en la cicatrización de las heridas.
En este trabajo, los investigadores han demostrado que, si se somete a ese estroma a un estrés funcional (es decir, se le pide que aumente todavía más su función), lo que se consigue incrementando la actividad oncogénica de las células tumorales, entonces se observa un defecto en la metastatización tumoral.
Hasta ahora se había relacionado a SNAI2 con la diseminación tumoral pero este trabajo demuestra que «la insuficiencia estromal por la pérdida de SNAI2 también se asocia a un defecto en la diseminación tumoral», explicó Jesús Pérez Losada, investigador del CSIC en el Centro de Investigación del Cáncer (IBMCC-CSIC-USAL) y uno de los autores del estudio.
Para los autores, estos resultados sugieren que la inhibición de SNAI2 en el estroma podría ser una diana terapéutica para tratar el cáncer de mama.
El estudio también ha demostrado que el aumento de expresión de SNAI2 en el estroma de tumores de las pacientes con cáncer de mama se asocia a un mal pronóstico en un subgrupo de ellas, en concreto, en las portadoras de tumores luminales B que son a la vez HER2 positivos.
«Las pacientes portadoras de tumores de mama que son a la vez luminales B y HER2 positivos se pueden dividir en dos grupos, según el grado de expresión de la proteína SNAI2 en el estroma tumoral», afirmó la coautora del estudio e investigadora de la UCM, Sonia Castillo Lluva.
«Así, las pacientes portadoras de tumores con niveles altos de SNAI2 en el estroma se asocian a una peor evolución de la enfermedad», comentó esta investigadora.
En el trabajo también han participado investigadores del Instituto de Investigaciones Sanitarias San Carlos de Madrid, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca -oeste de España- (Departamento de Cirugía), grupo de Bioinformática del IBMCC y de los Servicios de Oncología y de Anatomía Patológica del Hospital Universitario de Salamanca (IBSAL), de la Universidad de Juntendo de Tokio (Japón) y del Maine Medical Center Research Institute (EEUU). EFE
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