El estado de Minesota (EE.UU.) dejó libre este martes a Myon Burrell, un hombre que fue condenado a cadena perpetua hace casi 20 años, cuando era menor de edad, sin apenas pruebas de su participación en la muerte de una niña de 11 años.
EFF
El caso recibió mucha atención mediática cuando la senadora Amy Klobuchar presumió en un debate durante las primarias demócratas presidenciales de haber puesto en la cárcel al asesino de la niña cuando era fiscal en Mineápolis (Minesota).
Después de que una investigación de la agencia Associated Press revelara que Burrell, que ahora tiene 33 años, fue condenado sin pruebas claras en su contra, Minesota formó una comisión independiente de expertos legales para estudiar el caso que la semana pasada recomendó su puesta en libertad inmediata.
Este martes, la Junta de Indultos de Minesota aprobó conmutar la cadena perpetua de Burrell por una pena de 20 años de cárcel, con dos todavía por cumplir en libertad vigilada.
El gobernador de Minesota, Tim Walz, y el fiscal general, Keith Ellison, ambos demócratas, votaron a favor de conmutar la pena en contra de los deseos de la familia de la víctima, la niña Tyesha Edwards.
En noviembre de 2002, Edwards estaba estudiando en el salón de su casa en el sur de Mineápolis cuando recibió el impacto de una bala perdida producto de un tiroteo entre bandas rivales que le costó la vida.
Las autoridades en seguida pusieron el foco sobre Burrell después de que un miembro de una banda rival le identificara como el responsable del disparo, pese a que era de noche y que el tirador estaba escondido tras una pared a unos 40 metros.
Sin arma del crimen, ADN o huellas dactilares, las autoridades recurrieron a soplones dentro de las cárceles que a cambio de señalar a Burrell lograron rebajas en sus condenas.
Algunos de estos informantes se han retractado de sus confesiones mientras que uno de los cómplices de Burrell ha admitido que fue él quien disparó y mató a Edwards.
Se trata de Ike Tyson, que cumple una condena de 45 años de cárcel.
Mientras tanto, pruebas que según Burrell le hubieran librado de la condena, como las grabaciones de una cámara de seguridad de un supermercado, nunca fueron recolectadas y ya no existen.
En la decisión de este martes la Junta de Indultos de Minesota tuvo en cuenta fallos que el Tribunal Supremo ha adoptado recientemente que indican que el cerebro de los menores de edad (Burrell tenía 16 años en el momento del crimen) y su habilidad para la toma de decisiones no están del todo desarrollados.
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