Un papiro de unos 3.500 años de antigüedad que contenía el conocimiento médico de la época del faraón Amenofis I podría tener la clave para combatir el coronavirus.
En 1873, el egiptólogo alemán Georg Ebers encontró este documento de casi 19 metros de longitud donde se describían 80 enfermedades y sus posibles terapias, incluyendo el azafrán, cuya planta ofrece un derivado que representa grandes esperanzas contra la pandemia.
Se trata de la Colchicina, el cual reduce 25 % de las hospitalizaciones en pacientes recién diagnosticados, según un estudio preliminar con más de 4.000 pacientes en Canadá, Estados Unidos, España, Sudáfrica, Brasil y Grecia.
El medicamento también parece recortar un 50% la necesidad de ventilación mecánica y un 44% las muertes por covid, aunque estas cifras se basan en un menor número de casos, por lo que es más difícil sacar conclusiones. Son datos que además hay que tomar con cautela, porque están pendientes de revisión para su publicación en una revista científica. “El beneficio está ahí. Y es un fármaco que tiene un precio irrisorio. Un tratamiento de un mes cuesta unos tres euros”, sostiene José Luis López-Sendón, cardiólogo del hospital madrileño La Paz e investigador principal de la rama española del estudio, con 250 pacientes, reseñó El País
Como ya proclamaba el papiro egipcio hace 3.500 años, la colchicina tiene propiedades antiinflamatorias. El azafrán silvestre se utiliza contra los ataques de gota desde los tiempos del médico bizantino Alejandro de Trales, alrededor del año 600, y la colchicina sigue siendo un tratamiento de referencia contra este tipo de artritis. La hipótesis de los investigadores es que esta conocida actividad antiinflamatoria también controla la llamada tormenta de citoquinas, una reacción desbocada que aparece en algunos pacientes con COVID-19 y puede ser letal.
La comunidad científica es muy escéptica ante este tipo de afirmaciones sin ningún estudio publicado que las avale, sobre todo tras los sonoros fracasos de otros fármacos prometedores, como la hidroxicloroquina y el remdesivir. El cardiólogo Alberto Cecconi, sin embargo, es optimista. “La colchicina lleva siglos usándose en medicina, pero no deja de sorprender. Es un fármaco que ha sido rescatado de la Antigüedad y ahora está teniendo más aplicaciones”, explica este médico italiano, del Hospital Universitario de La Princesa, en Madrid. La fórmula química de la colchicina es C22H25NO6: 22 átomos de carbono, 25 de hidrógeno, uno de nitrógeno y seis de oxígeno.
Para leer más visite El País
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.