La agencia espacial estadounidense NASA anunció este viernes la creación de una nueva misión que estudiará el comportamiento de las tormentas tropicales y las eléctricas, incluidos sus impactos en los modelos meteorológicos y climáticos.
La idea de la llamada misión de Investigación de Corrientes Ascendentes Convectivas (INCUS, en inglés), es llegar a una mejor comprensión del clima extremo y su impactos para mitigar los efectos del clima en las comunidades, subrayó la NASA.
«En un clima cambiante, una información más precisa sobre cómo se desarrollan e intensifican las tormentas puede ayudar a mejorar los modelos meteorológicos y nuestra capacidad para predecir el riesgo de fenómenos meteorológicos extremos», expresó Karen St. Germain, directora de la división de Ciencias de la Tierra de la NASA.
El cambio climático está aumentando el calor en los océanos y aumenta la probabilidad de que las tormentas se intensifiquen con más frecuencia y rapidez.
Las tormentas comienzan con un rápido aumento de vapor de agua y aire que crean nubes altísimas preparadas para producir lluvia, granizo e iluminación.
Cuanto mayor es la masa de vapor de agua y aire que se transporta hacia arriba en la atmósfera, mayor es el riesgo de condiciones meteorológicas extremas.
Este transporte vertical de aire y vapor de agua, conocido como Flujo de Masa Convectivo (CMF, en inglés), «sigue siendo una de las grandes incógnitas en el tiempo y el clima», detalla la NASA.
INCUS, que costará aproximadamente 177 millones de dólares, sin incluir los costos de lanzamiento, tiene como objetivo abordar directamente por qué y dónde se forman las tormentas convectivas, las fuertes precipitaciones y las nubes.
La misión contará con el apoyo de varios centros de la NASA, incluido el Laboratorio de Propulsión a Chorro (California), los centros de vuelo espacial de Goddard (Maryland) y Marshall (Alabama).
Se trata de una colección de tres SmallSats, volando en estrecha coordinación, que se prevé será lanzada en 2027 como parte del Programa Earth Venture de la NASA.
Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés), solo en la cuenca Atlántica, las 21 tormentas con nombre que se han producido hasta finales de octubre están por encima del promedio de 30 años (1991-2020).
Además, en términos de energía ciclónica acumulada (ACE) —que mide la fuerza y duración de las tormentas tropicales y huracanes— la actividad en la cuenca en lo que va de 2021 ha estado por encima de lo normal, alrededor del 20 %, por encima de la media a largo plazo, hasta la fecha de 13 a 14 tormentas con nombre a finales de octubre.
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