Desde el 21 de enero de 2022, cinco caravanas de migrantes deseosos de llegar a la Frontera Sur de Estados Unidos se han registrado en México. La más grande, integrada por 15 mil personas, inició el 6 de junio en el estado de Chiapas, al sur de ese país, y fue disuelta por las autoridades de seguridad y migración el lunes 13 de junio a 40 kilómetros de recorrido. Una venezolana con discapacidad, falleció el 9 de junio, por no soportar las inclementes condiciones del trayecto. Fue identificada como Yuretzi Narváez, padecía diabetes, era hipertensa y tenía cáncer en el estómago, según reseñan medios internacionales.
Ana Uzcátegui | La Prensa de Lara
Expertos en migración revelaron que el 75% de los migrantes que conformaban esta marcha, eran venezolanos, es decir unos 11 mil criollos que protestaron para que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), les otorgaran visas humanitarias y así poder circular por México por un mes, sin que las autoridades los detengan. Estas caravanas hasta 2021 estuvieron encabezadas por haitianos, nicaragüenses, hondureños, guatemaltecos, cubanos y colombianos. Hoy son los venezolanos en extrema pobreza las que las lideran, porque siguen huyendo desesperadamente de la situación política, económica y social del país.
Según Google Maps, desde el estado de Chiapas, donde han arrancado estas marchas hasta el norte de México en la frontera con Texas, EE.UU, hay 1,296.51 kilómetros de distancia. Alexander Campos, experto en migración y director del Centro de Investigaciones Populares, sostiene que ninguna de estas marchas ha cumplido su objetivo de llegar a la Frontera Sur, porque las personas que van caminando tendrían que tardar más de seis meses. En la última viajaban más de cinco mil familias que incluyen a miles de niños y ancianos.
«Estas caravanas se hacen para llamar la atención. Cuando iniciaron era para penetrar los puntos más difíciles de México, porque antes las caravanas no empezaban en ese país, normalmente empezaban en el Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador). Estas marchas se dan porque AMLO hace represar en Tapachula a los migrantes prometiéndoles visas humanitarias para que puedan circular», indicó Campos. Precisó que esta medida la aplica el presidente izquierdista atendiendo una normativa estadounidense llamada Título 42, vigente desde 2020 con el gobierno de Donald Trump, que consiste en negarle la posibilidad de asilo a todo migrante que vaya desde México o Canadá hacia Estados Unidos, con el objetivo de evitar la propagación del COVID 19. Más de 1.7 millones de personas han sido deportadas desde entonces.
«Yo llamo a Tapachula el tapón del sur de México. Los venezolanos tenían más de dos meses retenidos en ese lugar. La mayoría son personas que ya habían vivido una travesía de varios meses en las que incluye haber atravesado el Tapón del Darién, ubicado en Panamá, frontera con Colombia; habían atravesado Costa Rica, Nicaragua, Honduras y habían pagado a coyotes para pasar por Guatemala, donde la policía migratoria está actuando muy violentamente contra ellos. Una vez allí llegaron a Chiapas donde les impiden transitar», relató.
La ciudad de Tapachula en pandemia colapsó. En la actualidad se encuentra represados en el lugar 50 mil migrantes, aunque Campo revela que el gobierno de México se niega a levantar una data oficial. «AMLO deja en mano de autoridades locales el manejo de los migrantes, pero desde hace tiempo se desbordó su capacidad de atención. En esa zona se mantienen personas cansadas de esperar, los que podían conseguir algún dinero se hospedaban en hoteles de la zona, pero México llegó a aplicar redadas sin orden de allanamiento. Unos tres mil están en los albergues de ACNUR, y decenas en iglesias católicas. Buena parte de esos migrantes también están en estado de indigencia, durmiendo en plazas y la calles», explicó.
Todo esto se da porque el Instituto Nacional de Migración de México, retarda con trámites burocráticos la entrega de visas o permisos para circular.
Más vulnerables
Tomás Páez, sociólogo y director del Observatorio Venezolano de la Diáspora, reveló que la mayoría de estos venezolanos que están buscando la frontera de EE.UU, han vivido y trabajado anteriormente en Colombia, Perú, Chile, República Dominicana, Ecuador o Argentina.
«La gente está haciendo esos periplos, porque pasan unos años en alguno de estos países, reúne recursos para después pasar por una de las selvas más inhóspitas del mundo, el Tapón del Darién. Son personas fundamentalmente pobres que están huyendo de los gobiernos populistas y de Perú o México, por ejemplo, o de la alta inflación de Argentina en la actualidad», reseñó.
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