La cosecha nacional de maíz 2023 comenzó en Venezuela, con un precio referencial de 0,34 centavos de dólar por kilogramo, muy por debajo de los costos de producción, según denuncian los productores.
«La industria arrancó esta semana a recibir el maíz blanco, al precio de 0,34 centavos de dólar. No es un precio oficial, pero sirve de referencia, así como pasó el año pasado», comentó un productor que pidió mantener su anonimato al portal especializado Minuta Agropecuaria.
Sin embargo, en la red social X, antiguo Twitter, se leen comentarios en rechazo a este precio del maíz. “Difícil panorama para la mayoría de los productores. La distorsión y gran diferencia en los costos de producción, complica la cosa».
Asimismo, otros agricultores consideran que es una “estafa” para los sectores productivos y se preguntan, «¿Dónde están los gremios, que no luchan por las reivindicaciones de los agricultores?», escribió un usuario.
Juntamente, el «precio justo» de la cosecha ha sido reclamado por un grupo de agricultores, mientras que otro sector rechaza que sea por la vía de fijación o control de precios, como ocurrió en el pasado.
«Lo que realmente pedimos los agricultores es que no se importe maíz en época de cosecha nacional. La fijación de precios no es lo correcto. Volver al pasado y a la época control de precios es algo que no queremos», enfatizó.
El pico de cosecha se prevé para mediados del mes de octubre. La superficie de maíz estimada es de unas 350.000 hectáreas entre amarillo y blanco.
Banca y Negocios habló directamente con dos productores de maíz, quienes señalan que este precio de referencia implica una pérdida que podría ser de alrededor de 10% o 15% por kilogramo, aunque aclaran que eso depende de las condiciones de cada siembra.
Los productores consultados señalan que el problema del precio se podría subsanar si se controla el ingreso de producción importada, la cual tiene claras ventajas competitivas, porque no viene lastrada por escasez de combustibles, acceso a fertilizantes y grave obsolescencia de equipos.
La situación es grave, porque los productores primarios no logran una incidencia real en la fijación de precios, por lo que Fedeagro está insistiendo en un cambio de modelo por una negociación directa entre productores primarios y la industria en un mercado con condiciones justas para ambas partes.
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