El presidente estadounidense Joe Biden “ha optado por mantener una posición de irracionalidad” al desconocer al gobierno venezolano de Nicolás Maduro, así lo afirmó Jorge Arreaza, que continúa tratando de restablecer el contacto con la nueva Casa Blanca.
Estados Unidos lidera la presión contra el líder socialista con una avalancha de sanciones que arreciaron durante la anterior administración de Donald Trump y que incluye un embargo petrolero desde 2019.
Arreaza aseguró en una entrevista con la AFP que el país está “aprendiendo a convivir, superar, bypasear, burlar las sanciones”, que “han hecho mucho daño”.
Sostuvo que Maduro está abierto a normalizar las relaciones con Washington pero que el nuevo gobierno ha “optado por mantener una posición de irracionalidad” al considerar como presidente venezolano a Juan Guaidó, tras la reelección de Maduro en 2018 en unas elecciones que consideraron fraudulentas.
“Hemos enviado mensajes”, dijo el canciller en la entrevista en su despacho en Caracas. “No hemos tenido contacto o respuesta positiva a la mano extendida por el presidente Maduro, pero notamos menos agresividad” en comparación al gobierno Trump.
Arreaza recordó una conversación con Elliott Abrams, el principal diplomático de la administración Trump para asuntos venezolanos, en la que le advirtió que, tras fracasar la estrategia de un golpe de Estado, Washington ejercería “presión máxima” para conseguir la caída de Maduro en el largo plazo.
“Me dijo ‘se van a quedar sin petróleo, sin gasolina, sin electricidad, sin alimentos hasta que el final no aguante el pueblo y ustedes salgan del poder’”, relató.
Aseguró que le respondió: “Usted me habla de un maratón, vamos a ver quienes son mejores, porque los venezolanos somos los mejores maratonistas en la historia de la independencia, y el presidente Nicolás Maduro se le va a escapar al pelotón”.
“Una guerrilla en el mar”
Estados Unidos fue por décadas el principal cliente del petróleo venezolano, que debió ser reconducido a otros países tras las sanciones.
Pero hasta eso es un problema, explicó Arreaza, pues muchas empresas temen ser sancionadas por el gobierno estadounidense por hacer negocios con Venezuela.
“Te persiguen los buques, prácticamente hay que hacer una táctica irregular, una guerrilla en el mar para poder hacer llegar el petróleo a sus legítimos compradores”.
“Hemos tenido que hacer las cosas insospechadas”, reconoció Arreaza, antes de acotar: “Pero eso lo hacen quienes compran el petróleo venezolano”.
Antes de que arreciaran las sanciones, Venezuela ya atravesaba una severa crisis económica que expertos atribuyen a las políticas del chavismo y una colosal corrupción.
Aliados como Rusia y China fueron fundamentales para mantener a flote al gobierno, que según el canciller, no adquirió una deuda que “comprometa las finanzas del país”.
“Lo que hemos dejado de percibir en estos años se pierde de vista, podría decirte 200.000 millones de dólares y me quedo corto”, estimó Arreaza, quien exigió la liberación de fondos en el extranjero bloqueados por las sanciones y puestos al servicio de Guaidó, cuyo poder definió como una “ficción”.
“Cuando un país de Europa quiere hablar de Venezuela y de su pueblo, me llaman”, dice. “En Venezuela hay un Estado, un gobierno y no hay duda de quién gobierna”.
“Vecino incómodo”
Arreaza aseguró que Colombia es el “vecino más incómodo en el mundo” en medio de nuevas tensiones por enfrentamientos en la frontera común entre las fuerzas armadas venezolanas y grupos irregulares, que han dejado 17 muertos entre soldados y “terroristas”.
¿Disidencias de las FARC? “Hay como 20 grupos entre ellos éste que se dice residuos disidentes, pero cumplen el mismo rol que un grupo paramilitar o que un grupo directo del narcotráfico”, dijo el canciller, que solicitó a la ONU “inmediata ayuda” para “desactivar los campos minados” que hay en territorio venezolano.
También pidió que apoye un canal de comunicación entre Caracas y Bogotá, cuyo gobierno no reconoce a Maduro.
“No hay comunicación entre presidente, entre cancilleres, entre fuerzas armadas, es un sin sentido internacional… un absurdo”, lamentó Arreaza.
Sobre la decisión de expulsar a la embajadora de la Unión Europea en Venezuela en respuesta a nuevas sanciones del bloque contra funcionarios chavistas, Arreaza consideró que se trató de una medida “light”.
“Ellos han aplicado esta política (…) de estar imitando a Estados Unidos con sanciones”, dijo, y aclaró que se abrieron “canales de diálogo” con reuniones con representantes diplomáticos españoles y que van “a abrir de nuevo contacto con Josep Borrell”, el jefe de la diplomacia europea. “Ojalá podemos regularizar, pero con respeto”.
Con información de AFP
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