El régimen de Nicolás Maduro está cerrando progresivamente la mayoría de las 1.800 estaciones de servicio que gestiona Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y dejará un número limitado de bombas abiertas para el suministro de unidades militares, funcionarios del sistema sanitario y trabajadores autorizados a movilizarse con salvoconductos.
Esta información de Bloomberg, que los inventarios de combustibles disponibles son mínimos y deben ser administrados para asegurar la seguridad interna, la atención a los pacientes sospechosos y afectados por el coronavirus y garantizar el suministro de productos básicos en una cuarentena nacional que se prolongará por 30 días, como mínimo.
Las estaciones de servicios que permanecerán abiertas estarán bajo control directo de la Fuerza Armada Nacional (Fanb. La situación se ha agravado, además, porque Venezuela no ha logrado importar combustible desde febrero, indica la agencia estadounidense.
El parque refinador venezolana está operando a un 17% de capacidad instalada, según fuentes de la industria, en un momento cuando los precios petroleros se están despeñando, lo que implica una trágica paradoja, pues Venezuela podría importar combustibles más baratos, pero no logra conseguir ingresos suficientes para pagarlos.
El ingeniero Edgar Chacín, ex gerente de Pdvsa, señala que Venezuela está cerca de llegar a su menor precio histórico por barril, que fue US$8,74 en 1998, hace 22 años.
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