Con reservas de combustible trabajan mineros de la Gran Sabana mientras sus patronos compran el litro hasta por 6 dólares para no paralizar las máquinas que siguen extrayendo oro, en medio de la pandemia por COVID-19.
El litro es ofrecido en el mercado negro entre 20 y 30 reales brasileños equivalentes a 4 y 6 dólares, antes que iniciara la cuarentena era revendido en un dólar.
Una fuente reveló a El Pitazo que las gandolas venezolanas que ingresan al país provenientes de Brasil, lo hacen cargando comida y pimpinas de 70 litros. En dichos viajes cargan hasta mil litros de gasolina que posteriormente, son vendidos a capataces de minas: uno de estos envases puede costar hasta 420 dólares.
Ambulancias y camiones volteo que son usados para recolectar desechos también venden parte del combustible que cargan en sus tanques, a encargados de negocios ilegales con el oro. Al igual que funcionarios militares y de otros cuerpos de seguridad que usan su investidura para cometer el mismo delito, según lo pudo constatar El Pitazo a través de diferentes fuentes.
Debido a la paralización de la economía en Santa Elena de Uairén, habitantes que en su mayoría se dedican al comercio, quienes guardaban en sus casas gasolina la están vendiendo al mejor postor para así poder comprar alimentos.
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