Brasil suspendió este viernes las credenciales de los funcionarios del régimen de Nicolás Maduro y prohibió la circulación de sus vehículos diplomáticos, informó el canciller de la dictadura chavista, Jorge Arreaza. La decisión tiene lugar en momentos en que el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, se encuentra en la ciudad brasileña de Boa Vista, fronteriza con el país caribeño.
A ello hizo referencia Arreaza al anunciar el hecho en su cuenta de Twitter. Con un tono beligerante, dijo que la medida era “algo que tenían que informar a su jefe hoy”. “¡Total subordinación!», agregó.
La administración de Jair Bolsonaro es una de las voces regionales más enfáticas a la hora de condenar la dictadura venezolana. De hecho, el jueves pidió trabajar “por la extinción del régimen» tras la publicación por parte de la ONU del informe que denunció graves violaciones de derechos humanos en el país.
También había mostrado su voluntad de expulsar a los funcionarios que pertenecen en el país, considerando que reconoce a Juan Guaidó como presidente interino del país. A finales de abril y principios de mayo había ordenado al régimen retirar a su personal diplomático.
Sin embargo, la dictadura se negó a hacerlo, alegando que las negociaciones al respecto en las que Brasilia fundamentaba su reclamo nunca habían tenido lugar. Además de su embajada, Venezuela tiene seis consulados en el gigante sudamericano.
En contraste, Brasil sí había retirado su personal diplomático de Venezuela. Lo anuncio a principios de marzo y lo concretó a mediados de abril, cuando trasladó a un total de 38 personas de vuelta a Brasilia. El gobierno aseguró que en las negociaciones donde determinó la salida de su personal había acordado que el régimen hiciera lo propio, pero sus autoridades lo negaron.
La situación en Venezuela es un aspecto central de la visita de Pompeo a Brasil. De hecho, en la ciudad que visita, Pompeo mantendrá reuniones con venezolanos que se encuentran allí luego de escapar del régimen de Maduro. “Brasil es un aliado clave a la hora de apoyar a los venezolanos que han huido de la crisis generada por [el dictador Nicolás] Maduro”, indicó la oficina del secretario de Estado en un comunicado difundido este viernes.
Ambas administraciones se han mostrado reticentes a considerar involucrarse en las elecciones parlamentarias convocadas por el régimen para el próximo 6 de diciembre, lo mismo que el gobierno interino de Guaidó.
“Brasil considera que un régimen como el de Maduro no tiene condiciones ni legitimidad para convocar o conducir un proceso electoral limpio y justo, y por lo tanto, las elecciones parlamentarias convocadas por la dictadura para el próximo mes de diciembre no deberían contar con el apoyo de la comunidad internacional”, expresó el ministerio de Relaciones Exteriores brasileño en el mismo comunicado que refiere al informe de la ONU.
En la misma línea se ha pronunciado la Casa Blanca. A través de su enviado especial de Estados Unidos para Venezuela e Irán, Elliott Abrams, dijo que no existen “condiciones básicas” para una elecciones “libres”. Menos reticente se ha mostrado la Unión Europea, que indicó que evaluaría enviar una misión de observación electoral si el régimen pospone los comicios y le da tiempo suficiente para prepararla. No obstante, Maduro se ha negado a hacerlo.
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