El excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski sostuvo este miércoles que ante la amenaza y la violencia, hay más gente dispuesta a votar que a salir a protestar, aunque dijo que el “dilema real” no deriva entre votar o no, sino en cuál será “nuestra capacidad” para unir el voto y la protesta.
Capriles publicó un artículo de opinión en el diario El País, donde expresó su punto de vista en cuanto a la situación política de Venezuela, haciendo un recuento entre el mandato de Hugo Chávez, el informe de Bachelet y demás actos, protestas y paros que se han hecho para sacar a Nicolás Maduro del poder, reseña El Pitazo.
Lea a continuación parte del artículo íntegro del exgobernador del estado Miranda:
No tendría sentido utilizar estas líneas para hacer un diagnóstico que exhiba, una vez más, las consecuencias de 20 años de un régimen que ha desangrado a nuestra Venezuela. Todo el mundo tiene el escenario bastante claro. Incluso quienes todavía insisten en hacer la vista a un lado, mediante solidaridades automáticas y parapetos ideológicos. Tal como ha sucedido en importantes sectores de la izquierda, en cierto peronismo argentino, el Frente Amplio uruguayo, o en España, en las filas del Psoe y hasta en algunos de Podemos saben que la crueldad y el fracaso de Maduro son indefendibles.
Venezuela sufre la inflación más alta del mundo, la clase obrera percibe el peor salario del planeta (apenas cinco dólares al mes) y somos uno de los países más pobres del mundo, a pesar de esas reservas petroleras que tanto le sirvieron a Hugo Chávez cuando iba por ahí, vendiendo lo que hoy es un Estado fallido y criminal. Una dictadura que pretende mantenerse en el poder como sea. Por eso prefiero que las preguntas sean otras. Por ejemplo: ¿Cómo liberarnos de la dictadura de Nicolás Maduro?
Habrá que empezar por un acto de contrición. Asumir que, a pesar de importantes apoyos, nuestro plan de 2019 fracasó. No se logró el cese de la usurpación ni el gobierno de transición. Tampoco hubo elecciones libres. Más allá del apoyo de casi sesenta países. Más allá de lo que mostró el Informe Bachelet. Más allá de forzarlos a reconocer una crisis humanitaria que negaban. Más allá de los desplazados. Más allá de todo eso, Venezuela perdió y el usurpador sigue en Miraflores, con la crueldad como una amenaza inminente.
Desde mi experiencia y análisis, creo que hay tres alternativas que podrían conducir a un cambio en Venezuela. No consideremos solo las descripciones. Seamos realistas y juzguemos actualmente su viabilidad.
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