En las escuelas públicas venezolanas se cumplió apenas el 70 % del calendario previsto en el año escolar 2018-2019 como consecuencia de la crisis económica, el colapso de los servicios y la deserción de alumnos y maestros, informó este miércoles la diputada opositora Bolivia Suárez.
En rueda de prensa, Suárez, que forma parte de la Comisión de Desarrollo Social de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), dijo que el país atraviesa una «catástrofe educativa» y aseveró que de los 202 días previstos en el calendario escolar 2018-2019 «se ha cumplido el 70 %, en el mejor de los casos«.
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Esto supone cerca de 60 días en los que los alumnos no recibieron formación y, remarcó la diputada, «hay sitios donde es peor«, como en las zonas rurales en donde se registró «entre el 40 % y el 45 % de asistencia a clases«.
Incluso, en el estado de Zulia (oeste, limítrofe con Colombia), Suárez precisó que se «registra un 75 % de ausentismo estudiantil«, es decir, semanalmente «los muchachos solo están asistiendo un día a clases«.
Atribuyó la situación «al caos que hay en los servicios públicos«, como la falta de agua potable o gas doméstico y los fallos eléctricos, a lo que se suma que «no hay efectivo, no hay transporte, no hay alimentación«.
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Para la parlamentaria, «lo que está haciendo este régimen con la educación es un acto criminal«, y alertó que si no hay un cambio político lo que se espera «es la muerte del sistema educativo«.
Pese a no cumplir con las horas previstas, Suárez denunció que los estudiantes fueron promovidos al siguiente nivel «sin tener la preparación, ni los conocimientos ni (cumplir) los objetivos planteados en la programación».
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En el caso de la educación secundaria, la parlamentaria dijo que al recorte del calendario se suma que no hay disponibilidad de profesores de materias científicas (matemáticas, física, química o biología) o de idiomas como inglés.
En este sentido, Suárez rechazó la estrategia aplicada por el gobernante Nicolás Maduro de dar el cargo de maestros a los beneficiarios del programa gubernamental «Chamba Juvenil«, con el que el Ejecutivo ha empleado a miles de jóvenes, pues «no tienen ningún tipo de preparación«.
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Según los datos del Legislativo, de contundente mayoría opositora, cerca de dos mil docentes de Caracas han abandonado las aulas en los últimos meses debido a los salarios que son menores a 50 dólares mensuales en un país que vive en hiperinflación.
La integrante de la ONG Unidad Democrática del Sector Educativo (UDSE), Ofelia Rivera, dijo que a diario renuncian en el país de 4 a 6 docentes y se estima que para el próximo año escolar «va a haber mayor éxodo de profesores«, quienes prefieren «buscar otro oficio que les permita tener calidad de vida».
En conversación con EFE, Rivera explicó que un profesional recién graduado devenga mensualmente 75.000 bolívares (10,35 dólares a tasa oficial), mientras que un docente con al menos 25 años de trayectoria y estudios de postgrado gana 120.000 bolívares (16,56 dólares).
«Se está produciendo una discriminación«, a juicio de Rivera, en tanto la merma de la planta profesoral afecta en mayor medida a los colegios públicos, pues en las escuelas privadas la ausencia de educadores la suplen los propios padres o profesionales de otras áreas que son contratados por los centros educativos.