Hasta dos meses esperan algunos conductores en Guasdualito, capital del municipio fronterizo José Antonio Páez, estado Apure, para abastecerse de 60 litros de combustible, que además se proporciona según las placas de los vehículos.
La estación de servicio Mi Cabaña es la única bomba subsidiada en esta zona limítrofe con Colombia.
Otto Fernández, habitante del barrio el Diamante, Guasdualito, estado Apure se quejó del abastecimiento de la gasolina en las estaciones de servicio y de la mala calidad del combustible expendido en la frontera colombo-venezolana.
“No llega la gasolina con regularidad. La gandola debe ser compartida en tres bombas (Gamero, Mi Cabaña y la Victoria) para tan solo permitir el acceso a 120 vehículos por bomba. La espera es interminable. En dos meses no he podido echar gasolina”, apuntó Fernández.
Para el entrevistado, surtir gasolina le genera estrés y constituye un viacrucis, porque mientras debe calarse una larga cola, observa en la entrada de la misma muchas personas dedicadas a la reventa del combustible.
“Me siento de manos atadas, porque no tengo dónde quejarme. En Venezuela no hay Estado de derecho, gobierna la anarquía y la corrupción”, dijo para lapatilla.com
Fernández, además, dijo que la mala calidad del carburante ante la falta de nafta y el exceso de azufre en el combustible, lo cual daña la pila de la bomba de gasolina de los vehículos.
Carlos Mayorano, usuario de la bomba Mi Cabaña, reiteró que una vez cada dos meses puede surtir gasolina subsidiada en esta bomba. Del resto, confiesa que debe comprar combustible al precio del mercado negro (entre 4.000 a 5.000 pesos, es decir, un dólar por litro).
Lamentó la existencia de mafias dedicadas a la venta ilegal de gasolina envasada en botellas de refrescos en las calles de Guasdualito. Manifestó que están involucrados funcionarios de los cuerpos de seguridad, el dueño de la bomba y los revendedores que se prestan para ejercer esta práctica ilícita.
“Las mafias surten gasolina en la bomba internacional para que en la calle no baje el precio y se mantenga en 4.000 a 6.000 pesos. Uno se siente humillado, porque no le puedes reclamar a nadie, no puedes alzar la voz. Si reclamamos, nos mandar a calla. Si no, debemos salir de la cola.
Luis Pérez, taxista de Apure, manifestó que están sobreviviendo en medio de la crisis de gasolina en esta zona fronteriza, porque en la actualidad, solo puede comprar el litraje necesario al día para trasladar pasajeros desde el Amparo, estado Apure, hasta la frontera de Arauca, Colombia.
“La gasolina ahora no rinde, tengo que surtir por lo menos tres litros todos los días en el momento necesario para poder trabajar, llegar a mi casa y llevar algunos pasajeros. Antes tanqueaba entre 10 a 30 litros en las bombas. Pero ahora es imposible acceder a la gasolina en las estaciones de gasolina. Ir y venir de El Amparo a Guasdualito necesito seis litros. Si no hay pasajeros, no surto gasolina”, agregó el chofer.
En las bombas internacionales, Gamero, La Salida y La Victoria, la situación no es muy distinta. Los consultados por lapatilla.com revelaron que a pesar de que la gasolina tiene un costo de 2.500 pesos colombianos (0,5 dólares), el acceso a la misma solo está permitido a pocos usuarios.
Los conductores para evitar dolores de cabeza, se ven obligados a tanquear gasolina sin cola en Arauca, Colombia, donde el precio es de 2.500 a 2.600 pesos, el cual es variable dependiendo de la tasa cambiaria de la moneda colombiana a dólares.
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