La banca privada clama por la liberación del encaje legal para reactivar la asignación de créditos y préstamos que dinamicen la economía, pero el Ejecutivo responde con la imposición del petro como medio para otorgar fondos a productores e importadores. Expertos analizan si la criptomoneda venezolana tiene alguna posibilidad de canalizar estas asignaciones crediticias.
Casi cuatro años han transcurrido desde que Nicolás Maduro anunció la creación del petro, una criptomoneda emitida por el Estado que llegaba con la premisa de solucionar buena parte de los problemas económicos de una Venezuela que afrontaba, por aquel entonces, su primer año en hiperinflación.
Desde su lanzamiento, el petro ha sido sometido a anclajes del bolívar y los salarios mínimos, pagos de trámites e impuestos, fijación de precios de servicios, garantías de compras internacionales y depósitos de pensiones y aguinaldos. Todas estas propuestas han quedado en el olvido en el transcurso de estos 45 meses, sin haber conseguido ninguno de los objetivos planteados por el gobierno chavista.
A pesar del evidente fracaso, Maduro sigue trayendo a colación la criptomoneda cada vez que habla sobre economía. Al menos una vez a la semana tiene la costumbre de asignar fondos en petros para proyectos de su gabinete ministerial.
Ahora, con la aparente intención de resucitar el pulso de un criptoactivo sin mercado ni circulación orgánica en la economía venezolana, el Ejecutivo asoma la posibilidad de otorgar créditos en petros a través de la banca pública.
Esta idea, según lo explicado por el mandatario, se sustenta en la libre convertibilidad del petro. En teoría, la banca asignaría estos créditos en criptoactivos y el beneficiario podría intercambiarlos por divisas como el dólar o el euro, para importar materias primas e impulsar el aparato productivo del país.
«Ha llegado el momento de dar créditos en la banca pública en divisas extranjeras. Los damos en petros y ese petro, de acuerdo a donde vaya a comprar (el beneficiario), lo cambia a euros, yuanes, rublos, en dólares incluso», fueron las escuetas instrucciones otorgadas por Maduro en agosto.
El concepto de la medida parece ir en buena dirección, pues el sector privado ha insistido durante años en que se reactive la asignación de créditos y préstamos, mientras que la banca implora mayor libertad para dar movimiento a su liquidez.
Sin embargo, es la ejecución de esta iniciativa lo que genera dudas, especialmente después de tantos anuncios sobre la implementación de la moneda que nunca se pusieron en práctica o fracasaron estrepitosamente en cuestión de semanas.
Operación inviable
Analistas coinciden en que el uso de petros para otorgar créditos, que posteriormente serán cambiados a divisas, es innecesariamente complicado y, especialmente, inviable en el mercado actual.
Si bien Maduro no ofreció mayores detalles sobre el funcionamiento de este mecanismo de financiamiento, la ausencia de un mercado interno o externo para el petro hace prácticamente imposible la convertibilidad de la criptomoneda.
El economista Leonardo Buniak argumentó que ningún actor económico aceptaría los petros del beneficiario que fue acreditado, ya que la criptomoneda no cuenta con credibilidad.
Para leer la nota completa, pulsa aquí
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.