Según fuentes en la administración de Donald Trump, octubre sería la fecha límite para poner fin a las exenciones de las sanciones contra Venezuela que permiten a las refinadoras de algunas naciones a continuar recibiendo petróleo del país caribeño.
Estados Unidos ha profundizado las sanciones contra la empresa petrolera venezolana PDVSA, sus socios y clientes en gran parte del mundo, luego de imponer medidas contra la estatal en poder del régimen chavista, a principios de 2019, como una medida de presión para poner fin al gobierno de Maduro, reelegido durante unas elecciones fraudulentas que no gozaron del reconocimiento de decenas de naciones en el globo.
Funcionarios en Washington aseguran que el poco éxito de las sanciones para sacar definitivamente a Nicolás Maduro del poder han obsesionado a Donald Trump, es por ello que muchos especialistas consideran que a casi 3 meses para las elecciones presidenciales el gobierno de los Estados Unidos se prepara para subir la intensidad a su postura sobre Venezuela, especialmente en términos sancionatorios contra sectores como la minería ilegal y el petróleo.
Las sanciones han privado a PDVSA de la mayoría de sus clientes de largo plazo, encogiendo las exportaciones petroleras a menos de 400.000 barriles por día (bpd), las más bajas en casi 80 años.
Sin embargo algunos clientes en Asia y Europa, siguen recibiendo petróleo venezolano autorizados en términos específicos desde el año pasado por el Departamento del Tesoro norteamericano, para transacciones que no involucran pagos en efectivo al régimen de Maduro.
La lista incluye a la italiana Eni, la española Repsol, la india Reliance Industries y la tailandesa Tipco Asphalt. Cerca de una docena de empresas, en su mayoría desconocidas, también han surgido como clientes este año, según los documentos de exportación de PDVSA.
Para intensificar su dureza contra Venezuela, Estados Unidos estudia establecer una fecha límite probablemente en octubre para poner fin a todas esas transacciones con petróleo venezolano, incluidos cantes y pagos de deuda con crudo, indicaron fuentes a la agencia de noticias Reuters.
“Cualquier negocio petrolero que quede debe completarse” antes de la fecha límite, dijo una de las fuentes.
Un vocero del Departamento de Estado, aseguró que Estados Unidos, seguirá “involucrado en conversaciones con compañías del sector energético sobre los posibles riesgos que enfrentan al hacer negocios con PDVSA”.
En tanto Repsol, empresa que al fin del 2019, registró 239 millones de euros en deuda pendiente por cobrar en Venezuela, dijo que sus operaciones con la nación sudamericana están plenamente dentro de los parámetros legales permitidos.
La italiana Eni, comentó que estaba también operando cumpliendo con el marco de las sanciones de Estados Unidos y continuaría haciéndolo siempre en franco diálogo con autoridades relevantes del gobierno de Donald Trump.
Otros comerciantes y fuentes dentro de las empresas que realizan operaciones de exportación de Venezuela comentaron que no han sido notificados de los cambios.
En febrero, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Tesoro sancionó al que entonces era el principal socio comercial de PDVSA, Rosneft Trading. En marzo, la OFAC impuso sanciones a otra unidad de la rusa Rosneft, TNK Trading, y en junio sancionó a dos empresas con sede en México que intercambiaron petróleo venezolano por camiones cisterna.
Desde entonces, la mayoría de los compradores habituales de crudo venezolano han dejado de hacer negocios con PDVSA para evitar infringir las sanciones, pero en los últimos meses han surgido nuevos clientes, en su mayoría desconocidos, que se llevan cargamentos mediante complicadas transacciones que a menudo involucran transbordos en altamar y múltiples reventas.
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