Un aumento del pasaje suburbano se registró esteen San Cristóbal principalmente en las rutas que van desde la capital hasta el municipio Andrés Bello donde las unidades de transporte público están cobrando entre 100 mil y 120 mil bolívares por persona.
Maryerlin Villanueva | La Prensa de Táchira
Pero lo que más golpea el bolsillo de los ciudadanos es que no pueden conseguir tan fácilmente los bolívares en efectivo ya que los cajeros automáticos de las entidades bancarias no dispensan grandes cantidades de dinero.
Esto quiere decir que de forma semanal, una persona deberá tener a la mano alrededor más de 1 millón 200 mil bolívares para poder usar el transporte público, cifra que en Venezuela es imposible tener en siete días.
Plan B: El peso
Aunque en el estado Táchira, desde hace un tiempo el peso colombiano ha ganado un importante terreno, muchos tachirenses no tienen acceso a esa moneda ya que aún cobran sus sueldos o cualquier otro trabajo en base a bolívares pero electrónicos.
Sin embargo, otras personas prefieren pagar en moneda colombiana por la necesidad. Tal es el caso de la señora Raiza Pérez quien lamentó la situación, sosteniendo que prefiere pagar en pesos, por la falta de bolívares para poder usar las unidades que las trasladan hasta su vivienda.
«El pasaje está caro como todo, pero no tenemos más opción que pagar porque si no cómo hacemos para trasladarnos, además, lo hacemos en flexibilización porque en cuarentena es imposible movernos porque no hay transporte» dijo.
El conductor Cristian Roa precisó que según la Gaceta Número 4.281 fue autorizado el aumento de pasaje y por ello, según la ruta fue acordado entre 100 mil y 120 mil bolívares.
«A pesar de ese monto, no es suficiente para cubrir los gastos operativos de las unidades, porque los repuestos los debemos comprar en pesos y dólares» indicó.
Sin gasoil
Miguel delgado, comentó que se vieron obligados a comprar el gasoil en pesos, pues por cada línea, solo surten cinco unidades, dejando sin poder laborar a un gran número de vehículos.
«Nosotros recibimos bolívares, y tenemos que comprar pesos, pero como el cambio varía siempre terminamos perdiendo y quedamos devaluados» expresó.
José Roa, dijo que para sobrevivir, se ha abocado a realizar actividades en el campo o la a venta de víveres, pues las dos semanas que les permiten trabajar, son insuficientes para llevar el sustento a su hogar.
«Nos tocó ponernos hacer otras cosas, porque vivir de la unidad está muy difícil, ya el trabajo no se hace como antes» acotó.
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