Puerto Ordaz cumple un mes bajo medidas de racionamiento por parte de Hidrobolívar luego de que el 13 de marzo ocurriera una falla en uno de los motores bomba PT1 del Acueducto Puerto Ordaz.
José Rivas | Correo del Caroní
La restricción que limitaba aún más el servicio de agua a las parroquias Universidad, Cachamay y 60% de Unare ha empeorado durante los últimos días.
Sin agua es un desastre porque uno tiene que cocinar, que lavar su ropa y nos hemos visto bien apretados, ¿qué exijo? que tengamos agua todos los días, como debe ser y agua potable, no agua de charco”.
“A lo largo de este mes en los campos de Ferrominera hemos recibido aproximadamente 36 horas de agua”, expresó Rosa Cedeño, habitante de Campo B de Ferrominera, en la parroquia Cachamay. “Nos hemos visto en la obligación de comprar camiones cisterna”.
Aunque diariamente deberían tener suministro por unas cinco horas, en la urbanización no tenían agua desde el viernes y terminó llegando este martes en la mañana, cuatro días después. Cedeño relató que cuando el suministro lo tienen programado para la tarde, no llega, lo que solo les permite recoger agua cada dos días. “¿Cómo luchas contra el COVID si no tienes agua?”, preguntó.
Además, el caudal es tan deficiente en este sector que incluso el agua no sube a los baños o tanques de las casas y personas se ven obligadas a recoger agua de la lluvia, aires acondicionados o comprar camiones cisterna. “Estamos caóticos, fatales”, lamentó.
Otro ingrediente del caos urbano…
En el sector Río Aro, de la parroquia Unare, dejaron de recibir el servicio por tubería desde la madrugada del domingo 11 de abril y hasta el martes en la noche continuaban a la espera del suministro.
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