La indetenible dolarización de facto está cavando la tumba del bolívar como moneda oficial. Tanto así que ahora el transporte público en Caracas sirve como casa de cambio para quienes necesitan bolívares precisamente para pagar los pasajes. Ese es el único uso que tienen la moneda venezolana.
La operación se repite a cada momento en el transporte público. El usuario se sube a la unidad colectiva con un dólar en la mano. El conductor cobra y entrega a cambio un fajo de los casi destruidos billetes venezolanos.
Así agoniza el dinero en efectivo en la nación sudamericana. Se necesitan al menos cuatro billetes de 50.000 bolívares para pagar un pasaje. Ese billete, el de más alta denominación, equivale a apenas 3 centavos de dólar.
Con este no se puede comprar ningún producto pues su valor ha sido disuelto por la hiperinflación que ahoga al actual cono monetario y también al venezolano.
Válvula de escape para el chavismo
La dolarización informal en Venezuela llegó luego de muchos años de un intenso control cambiario durante los últimos siete años de la economía en recesión.
El régimen que censuró el uso y hasta la mención de la moneda estadounidense. Ahora flexibilizó repentinamente su uso en todo el país. En las regiones fronterizas, entran en juego el real brasileño y el peso colombiano.
El problema en Venezuela es la falta de billetes de baja denominación para entregar cambio. La solución de los comerciantes es la implementación de mecanismos electrónicos para cobros en bolívares, hasta para operaciones insignificantes.
El único uso obligatorio del bolívar
La única actividad amarrada al bolívar es el transporte, que utiliza cotidianamente la moneda nacional en efectivo para que los usuarios puedan pagar el servicio.
Los bancos venezolanos entregan diariamente solo 400.000 bolívares diarios en taquilla. Los cajeros automáticos son aparatos que permanecen fuera de servicio consumiendo energía pues no emiten dinero en efectivo desde hace mucho tiempo.
Los 400 mil bolívares alcanzan para dos o tres pasajes dependiendo del recorrido de cada unidad colectiva.
Para poder obtener ese dinero en efectivo los usuarios deben hacer enormes colas a las afueras de las entidades bancarias. Cuando las restricciones por la pandemia permiten funcionar a los bancos.
Ante las dificultades para encontrar efectivo, los transportistas pagan por el dólar alrededor de un 30% menos de lo que marcan las cotizaciones oficiales.
La dolarización y sus excluidos
El temor de algunos transportistas en Venezuela es que la falta de efectivo haga inoperable al transporte como servicio. Por eso ya hay propuesta para la digitalización del pago del pasaje.
Queda por resolverse cómo se realizará el pago y qué empresa prestará el servicio de las máquinas para e hacerlo.
Aunque el 65%,9% de las transacciones comerciales en Venezuela se hacen en dólares, no todos tienen acceso a la moneda estadounidense. Más de la mitad de la población está excluíd del proceso, dijo la consultora Ecoanalítica.
La indetenible dolarización de facto abre brechas sociales según el economista Jesús Casique. “Muchos han quedado excluidos. A unos se les hace más fácil pagar un mercado (con la dolarización), pero otros están hurgando en la basura para buscar que comer”, comentó.
Con información de AFP.
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