El director ejecutivo de la ONG Ciudadanía en Acción, Edison Arciniega alertó este domingo 4 de agosto, que entre junio de 2018 y el mismo mes de este año, se han contabilizado 620 fallecimientos por intoxicaciones alimentarias, lo que representa -según la medición accidental- un incremento de 228% con respecto a las 271 muertes por intoxicación registradas en el boletín epidemiológico final de 2017.
El experto en materia alimentaria explicó que el primer «patógeno» causante de las intoxicaciones son las llamadas harinas artesanales con 313 fallecimientos, cifra que ronda entre 40 y 50 del total de los fenecimientos; mientras que en segundo lugar se ubican las intoxicaciones por bebidas alcohólicas que suman 190 pérdidas, es decir, 30,64% de los decesos registrados.
Según el vocero, el incremento de los fallecimientos por licores es el más acucioso, debido a que implica un aumento de 387% en relación al 2017.
«Estamos en presencia de una ruptura de la cadena de resguardo de la inocuidad alimentaria en el país, por lo que es indispensable que el Estado venezolano opere a restablecerla, pues aunque la incidencia de intoxicaciones aun sigue generando un porcentaje marginal del total de fallecimientos en el país nos preocupa enormemente el aumento exponencial entre las causas de muerte de los venezolanos», sostuvo el especialista.
Arciniega además precisó que la proliferación de productos artesanales representa baja escala y no cumplen con los requisitos sanitarios de las normas Covenin. «Tenemos productos alimenticios ilegales que no cumplen con la legislación que resguarda la inocuidad alimentaria, muchos de ellos de contrabando de otros países», sumó.
Para sustentar sus argumentos, explicó que entre estos figuran la presencia en el país del falso cocuy, que no son más que licores de caña de dudosa destilación macerados y mezclados con licor de cocuy para saborizarlo. Sostuvo que estos lideran las incidencias de intoxicaciones producto de ingesta de licores en el país que han registrado.