No importa las horas de clases que dedique a la docencia o las especialidades que tenga, el sueldo de la profesora venezolana María Cardozo en una institución pública es insuficiente para comprar la comida del mes, un reflejo de la difícil situación que impacta a los maestros en Venezuela.
Por VOA Noticias
La remuneración de un maestro en el sistema público apenas pasa los 20 dólares mensuales, estimado en 26 veces por debajo del costo actual de la canasta básica, calculada en el primer trimestre de este año en unos 511 dólares, según el Centro de Documentación y Análisis de la Federación Venezolana de Maestros (FVM).
«¿Cómo sobrevivimos?» Eso se cuestiona esta maestra de 46 años, 15 de ellos dedicados a la profesión de maestra.
“Nosotros los maestros no estamos ganando bien”, insiste. Su ingreso quincenal como educadora del sistema público en el Estado de Miranda, es de 246 bolívares (9,2 dólares) “ese es mi sueldo (quincenal) como empleada pública”, argumenta Cardozo en conversación con la VOA.
En la actualidad el gobierno de Venezuela ofrece una «ayuda» adicional conocida como “el bono de guerra, que ahorita nos han estado dando, que no es suficiente y no es lo que queremos tampoco, nosotros no estamos pidiendo bono lo que queremos es que se nos respete como docentes en el país”, apunta.
La situación de esta maestra venezolana evidencia las penurias de buena parte de la población en un país que atraviesa una profunda crisis política económica y social de largos años, tanto que el Banco Mundial ha llegado a considerarla como “la peor” en la historia moderna de Latinoamérica.
Aunado a las problemáticas generales que Human Right Watch ha apuntado en este 2023 que “Venezuela atraviesa una emergencia humanitaria compleja, con millones de personas sin acceso a atención básica de la salud ni a una nutrición adecuada”, entre otras falencias.
Pero la situación de esta maestra del país suramericano, vista en paralelo con la de un maestro en Estados Unidos presenta algunas similitudes, sobre todo por los bajos salarios para los profesores en la primera economía del mundo, que están por debajo en comparación con la paga para otros profesionales.
Henry Salinas un profesor de 20 años de experiencia en las escuelas públicas del área de Washington le dice a la VOA que el salario que recibe como profesor no alcanza para cubrir todas las necesidades de su grupo familiar.
Los docentes en Estados Unidos reciben en promedio unos 66.745 dólares anuales según datos de la Asociación Nacional de Educación (NEA) para este 2023, pero esos montos no incluyen los descuentos para pago de impuestos y seguros.
También el alto costo de vivienda en Estados Unidos, tanto de alquiler como compra a largo plazo representan en promedio un costo de 1.976 dólares mensuales, según el centro especializado en bienes raíces US News.
“El costo de vida ha subido, y aunque los salarios suben en escala todos los años, pero no suben a la misma rapidez que sube la inflación (…) un salario de maestro no es suficiente para una familia de tres” en Estados Unidos, comenta Salinas.
Otros trabajos para seguir adelante
Buscar un segundo o hasta tercer empleo para aumentar los ingresos es una práctica cada vez más común en Estados Unidos entre profesores tanto en grandes urbes como en áreas rurales. Así también en Venezuela donde los maestros se ven empujados a buscar opciones adicionales de ingresos.
La profesora María Cardozo, licenciada en educación especial, ha instalado en la casa de su abuela una pequeña “aula informal” para trabajar con estudiantes de su comunidad, y Salinas en Washington después de terminar la jornada laboral en una escuela en las periferias de la capital estadounidense inicia una jornada de varias horas transportando pasajeros en su vehículo con una de las aplicaciones en línea.
Este profesor de origen salvadoreño, que emigró a Washington siendo un niño, también labora como parte del personal de seguridad los fines de semana en algunos establecimientos que ofrecen espacios de entretenimiento.
Cardozo, madre soltera de tres jóvenes, recibe desde hace dos años en el salón instalado en su vivienda a niños de barriadas del Petare, en Caracas.
El pago semanal de 5 dólares por alumno es un alivio para esta profesora. “Con lo que yo trabajo un niño semanal, ese es mi sueldo quincenal” en la escuela pública, admite.
En la actualidad tiene cuatro alumnos a los que ofrece clases un servicio especializado. “Hay semanas que yo puedo agarrar mis 20 dólares, mis 25 dólares. Entonces sobrevivo con esto, no con los 246 bolívares (9,2 dólares), que es mi quincena”, insiste. “Es lo que me ha ayudado a mí a poder salir adelante y poder mantener mi familia y tratar de brindarles un poquito mayor calidad de vida”.
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