El General de División, Manuel Ricardo Cristopher Figuera escribió una lapidaria carta en la que devela el poder que Jorge Rodríguez uno de los hombres más poderosos dentro de la dictadura de Nicolás Maduro.
Carta íntegra:
En días pasados recientes el siquiatra Jorge Rodríguez formuló una serie de falsas acusaciones en torno a mi persona y otras más, por la presunta participación en la conocida “Operación Gedeón”. Traidor y terrorista han sido las acusaciones más leves emitidas por este “Genio Tenebroso” en alusión a la obra homónima del autor Stefan Zweig’, sobre la oscura vida de Joseph Fouché, quien rompiendo los esquemas de la época (1929), escribió una biografía que él define “de una naturaleza amoral”, una biografía antiheroica. Y es que el ciudadano Jorge Rodríguez se ha convertido en el perro “infiel” a lo Fouché del régimen autoritario y criminal que controla a Venezuela, con una agenda propia, igual ansías de poder ilimitado y con un entramado tan complejo que desea manipular hasta sus últimas consecuencias.
Más deben temer a este personaje, al interior del régimen que fuera de él, ya que no aparece en ninguna de las listas de los sancionados ni criminales internacionales del régimen, por el contrario, es el vocero nacional e internacional, autorizado por el genocida Nicolás Maduro para negociar su permanencia en el poder; de hecho, se mueve tanto en público como en secreto, para cometer sus tropelías.
Jorge Rodríguez en sus juegos mentales, muy hábiles sin duda, intenta entre mentiras y medias verdades, involucrar a todas aquellas personas, que resultan incómodas e incluso peligrosas para el régimen, en actos en los cuales no tienen ninguna participación, a fin de, intentar infructuosamente mellar la moral y la voluntad de lucha de las mismas contra un régimen nefasto, dictatorial, delincuencial y abominable, un pranato en medio del concierto de las naciones; que no puede demostrar nada de lo que dice ser en contraste con el Informe de la Misión Internacional Independiente de Investigación sobre Venezuela.
Muchos son los líderes que luchan por la paz social venezolana, mientras que agentes como Jorge Rodríguez clavan en el corazón del pueblo el puñal de la miseria, del hambre y la necesidad de sobrevivir en el país más rico del mundo en recursos y de su gente. Todo esto basado en una fallida ideología asincrónica de un falso socialismo solo para el pueblo, claro está, pero las mayores riquezas (mal habidas) y lujos para una nueva élite nefasta y descontrolada, que no mide de ufanarse, en la cara del pueblo, sus extravagancias y derroches, en una Venezuela que ya se le ven las costillas. Quisiera ver en este régimen demostraciones de austeridad y desprendimiento material como las del expresidente del Uruguay Pepe Mujica, en el círculo más cercano de Nicolás Maduro. Una que otra vez mencionan como doctrina fundacional el legado de Bolívar, que vergüenza con el padre Libertador al querer comparar su dignidad, compromiso y humildad con este bodrio de desgobierno.
Zweig en la introducción de su obra, describe algunas de las cualidades de Joseph Fouché, y que continuando con las similitudes que acarician a estos dos personajes:
(…) Ser una figura de segundo término, un personaje a quien no agrada que le observen cara a cara, que le vean el juego. Casi siempre está sumergido en los acontecimientos, dentro de los partidos, entre la envoltura impersonal de su cargo, tan invisible y activo como el mecanismo de un reloj. Y rara vez se consigue captar, en el tumulto de los sucesos, su perfil fugaz en las curvas más pronunciadas de su ruta. (p.7)
Sin embargo, Joseph Fouché se distancia con el siquiatra venezolano, pero lejos muy lejos, por sus capacidades intelectuales y cognitivas, que lo hicieron destacarse en política en la época napoleónica. Jorge Rodríguez parece destinado por la providencia, como lo fue Judas Iscariote, a jugar un papel nefasto y oscuro, en este capítulo para el olvido de la historia de nuestro país, ojalá y se presente ante él un ápice de inteligencia, de luz y vea entrelíneas la oportunidad que tiene de decidir cómo pasará su nombre a la historia.
Sería importante recordarle lo siguiente, como afirma elocuentemente Marisela Andrade Sierra:
Dante le asigna a las y los traidores, el círculo número 9, púes es allí en esa zona donde permanece atrapado El Diablo o Satanás o Lucifer. Ese Círculo es el centro del Infierno y está asignado a los que cometen el último pecado, que sería el de la Traición y la Traición hacia Dios, hacia la Patria o hacia la Familia (…) Para Dante, como ya lo vimos, es el más grave de todos los pecados, es el peor de los pecados; porque con la traición, el traidor o traidora no se enloda solamente a sí mismo o misma, sino que arrastra con él a muchos inocentes y en su galope desenfrenado, destruye varios de los motores que mueven los hilos del universo, la fe, la seguridad, la confianza y la credibilidad en la alteridad 3.
Es preferible traicionar solo a un hombre y no a la Patria y a su gente.
General de División Cristopher Figuera: Jorge Rodríguez un “genio” tenebroso by AlbertoNews on Scribd
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