Hernán y Carmen son dos ancianos, esposos, respetados y reconocidos en el pueblo de Baragua como “trabajadores de toda la vida”. Funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) los retuvieron, trataron de extorsionarlos y finalmente se fueron llevándose como excusa unos viejos chopos, armas caseras muy comunes en los pueblos apartados del país.
Por Sebastiana Barráez | Infobae
La mayor relevancia del hecho es que el peligroso grupo élite, al que solo le cambiaron el nombre, sigue delinquiendo y, además de asesinar, extorsiona.
La mañana del lunes 14 de junio 2021, listos para el nuevo día y saborear el café diario, la pareja oyó que alguien llamaba a su puerta. Los ancianos, que viven solos en su casa, no dudaron en abrirla para dar la bienvenida al visitante, como es tradición entre los habitantes de Baragua, capital de la parroquia Xaguas del municipio Urdaneta del estado Lara. Pero allí en su puerta estaba una comisión de siete hombres que no se quería identificar, pero que se supo son de la Dirección de Inteligencia Estratégica (DIE) de la Policía Nacional Bolivariana, como ahora se llama a FAES, el cuestionado organismo famoso por las ejecuciones extrajudiciales del que Michelle Bachelet pidió eliminar.
Los siete hombres, ante el asombro de los dos ancianos, dijeron que debían revisar la vivienda. La hija de los Álvarez que vive cerca fue la primera en darse cuenta y toda la familia se fue acercando a la casa de los ancianos, en la avenida Sucre en el centro del pueblo.
Carmen Josefina, hija de la pareja, dijo que “eran siete tipos armados hasta los dientes, en un carro particular, no querían dar identificaciones, no permitían que sacáramos teléfonos, me mandaron a apagarlo y que no hablara con nadie. No presentaron orden de allanamiento y no tenían ninguna denuncia. Iban buscando dólares”.
Encontraron unas viejas armas, que por seguridad los ancianos conservaban desde hacía años cuando eran importantes comerciantes. Eso bastó para que los FAES/DIE vieran la excusa de obtener un dinero adicional para los siete.
Los hijos de los Álvarez, que viven en otra parte del pueblo, oyeron el requerimiento de los FAES/DIE, quienes pedían “una colaboración” de cinco mil dólares, como si lo que solicitaban era un chocolate para disfrutar la aburrida tarde de pueblo.
Lo que no esperaban los policías fue la firmeza de los Álvarez, quienes contaron a Infobae que se mantuvieron firmes para no aceptar la extorsión y porque además ya no son los prósperos comerciantes que alguna vez fueron. “Bueno, por lo menos que sean 500 dólares”, insistieron los funcionarios, pero la pareja no cedió.
Como si fuera una subasta, donde los FAES fueron bajando la cantidad de dólares que querían, mientras los Álvarez se mostraron firmes, pasaron unas horas. La situación tuvo un cambio radical cuando uno de los hijos murmuró que tenían un familiar militar. Los siete FAES/DIE se apresuraron a terminar “el procedimiento” haciendo un acta, en la que se nota que solo firma un funcionario actuante que no se identifica. En ella destacan que varios miembros de la familia de los Álvarez les entregaron voluntariamente dos revólveres calibre 38, una escopeta de marca no visible, siete municiones calibre 38 sin percutir y 21 calibre 12.
Arruinados
Como en muchos pueblos de la sierra entre Lara y Falcón, el esfuerzo diario hacía prósperos a sus habitantes para en la vejez disfrutar de la holgura económica; desde hace unos años ya no es así. Muchos habitantes perdieron aceleradamente sus ahorros de toda la vida y apenas logran cubrir sus gastos.
Un vecino de Baragua le dijo a Infobae que “ese viejito, Álvarez, fue un comerciante muy famoso de la época, tenía mucho dinero, pero quedó arruinado. Los viejitos viven solos y la hija vive cera de ahí. Los FAES vieron a los dos viejitos indefensos, se le metieron a la casa, revolvieron todo: estuvieron como tres horas ahí”.
Narra que al señor Álvarez lo obligaron a abrir una caja fuerte que utilizaba cuando era un hombre con grandes recursos económicos. “Lo único que el señor tiene ahora ahí es papeles, porque ya no tiene dinero. Lo único que los funcionarios piensan que le sacarán valor es a las armas viejas que el viejito tenía cuando era un comerciante tronado, importante”.
Uno de los siete funcionarios de FAES/DIE que estuvieron en el procedimiento en la casa de los Álvarez es José Quintero alias El Boleta, quien fue identificado por los vecinos de Baragua, pues fungió como escolta de Luis Ladino, alcalde del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Repudio colectivo
La dirigente social Marisol Bustamante, quien es politóloga y defensora de derechos humanos del estado Lara destaca que “lo sucedido con la familia Álvarez debe recibir el repudio de toda la colectividad. No podemos ver como normal esos hechos”.
Es una fiel vigilante de lo que sucede en el municipio Urdaneta y dice que “se aprovechan de gente como el urdanetense que son personas pacíficas, porque los niveles de criminalidad en la zona son mínimos. Hoy es el municipio con menor nivel de credibilidad del estado Lara”.
“Hablé con la familia Álvarez y están muy indignados. Están denunciando lo sucedido. Les he manifestado mi solidaridad y apoyo, porque esos hechos, como lo que hizo el FAES/DIE, afecta a la gente. Hablaremos con Provea para que documente el caso”.
“Es muy irregular que el funcionario que firma el acta no coloca su nombre, ni su cédula y la firma es ilegible, pero a los Álvarez sí los identifica plenamente incluso con huellas dactilares”.
Ante la preguntarle de si sabe quién es el funcionario José Quintero alias Boleta responde “sí, cuando era escolta, a él lo tenía el alcalde Ladino para amedrentar e intimidar a la gente en el pueblo”.
Destaca que hace una semana antes FAES/DIE realizó detenciones arbitrarias en la capital del municipio Urdaneta, en el pueblo Siquisique, vecino de Baragua. “Eso ocurrió cuando la población protestó por el despacho irregular de combustible. En menos de una semana se han producido 4 detenciones arbitrarias con similar patrón de actuaciones en este municipio. ¿Acaso Pretenden atemorizar a la población por denuncias sobre despacho irregular de combustible?”, finaliza diciendo Bustamante.
El régimen venezolano ha ignorado la solicitud de la Alta Comisionada de Derechos Humanos , Michelle Bachelet quien pidió la eliminación de organismo policial, que acumula cientos de denuncias por ejecuciones extrajudiciales. Nicolás Maduro solo se burló de la petición cambiándole el nombre a FAES por el de DIE, pero con los mismos hombres e iguales vicios.
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