La caída de la producción petrolera y la crisis económica que sufre Venezuela desde hace años han empujado al Gobierno de Nicolás Maduro a impulsar la explotación de oro, diamantes, coltán y otros minerales en el Arco Minero del Orinoco, al sureste del país, que atraviesa varias selvas y las cuencas de los ríos Orinoco y Caroní, habitados por comunidades indígenas.
Por Goyo G. Maestro / La Razón
El Gobierno de Guaidó denuncia que esas explotaciones son “ilegales y a cielo abierto” y están causando un “desastre medioambiental”, según dijo el comisionado de la presidencia para la defensa del medioambiente, Américo de Grazia, quien denunció que esa voracidad está ya contribuyendo al cambio climático y provocando estragos a nivel social y medioambiental.
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La delegación de Guaidó en la Cumbre del Clima de Madrid ha entregado a varios países un informe en el que se alerta de un proceso que se intensificó en el año 2016 con concesiones mineras en un 12% del territorio nacional, que contiene 700 toneladas de oro, cobre, diamante, coltán hierro y bauxita. Sin embargo, según Grazia, “la barbarie de la minería” ha ido creciendo y afecta al 50% de la geografía venezolana, donde habría alrededor de 1.900 explotaciones mineras ilegales.
El biólogo venezolano Eulogio Chacón aseguró que las minas de oro a cielo abierto “han generado un proceso de deforestación que afecta a una zona de selva tropical” y cuya “restauración será casi imposible” al reducir “el efecto mitigador del cambio climático y destruir el suelo”. La delegación formada por Antonio Ecarri, embajador de Guaidó en España, e Isadora Zubillaga, embajadora en Francia, ha calificado en una rueda de prensa en Madrid de “ecocidio” la actuación del régimen de Maduro. “En Venezuela no existe ninguna regulación medioambiental. Antes había desorden pero ahora hay anarquía», señaló Zubillaga.
Según Grazia, los militares controlan “este negocio de contrabando” a través de la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas, Camimpeg. Los miembros de las Fuerzas Armadas ponen al frente de las minas a cabecillas de grupos criminales, los llamados “pranes”, con los que se reparten el beneficio. “Las FARC, el ELN, Hizbulá y Hamas se han desplazado para operar en esa zona con el mismo propósito que los pranes, solo que ahora tiene connotación ideológica. Eso ha provocado nueva fase de masacres en Bolívar y Guayana”, denunció Grazia
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