El exministro de Petróleo y expresidente de Petróleos de Venezuela S.A (Pdvsa), Rafael Ramírez, dijo que la empresa estatal venezolana sólo produce 700.000 barriles de petróleo diarios, las operaciones petroleras no pagan impuestos, el crudo se vende con masivos descuentos, nadie sabe nada de la compañía, ni del ingreso petrolero, puesto que «no se rinden cuentas a nadie».
Destacó que «todo ésto se ha traducido en el colapso de la V República y, con ello, la pérdida de las conquistas económicas y sociales» de los venezolanos.
«El madurismo acabó, no sólo con Pdvsa y la plena soberanía petrolera, sino con la soberanía económica del país», sumó.
Sostuvo que el Gobierno «remata las empresas del Estado en secreto» y, «para seguir transmitiendo ‘señales’ a los ‘inversionistas’, coloca acciones de empresas del Estado en la Bolsa».
«Este es el infierno de Maduro, un retroceso inmenso para el país, con más de 6 millones de venezolanos, que se han visto obligados a abandonar la patria, con un pueblo trabajador que pasa hambre, sin condiciones dignas de vida, rebuscando todos los días», precisó.
Manifestó en su artículo de opinión que «Venezuela es un país descuajado, donde se pretende imponer una ‘normalidad’ ficticia, que realmente encubre una terrible desigualdad social y la miseria».
Empresas públicas que no facturan
El economista Victor Álvarez explicó hace poco que la decisión del gobierno venezolano de ofertar en la bolsa acciones de empresas del Estado, se debe a la necesidad de encontrar financiamiento, tecnología y acceso a nuevos mercados.
«Maduro está decidido a quitarse de encima las empresas públicas que no facturan, ni siquiera para pagar la nómina, pero que se acostumbraron a las transferencias estatales desde el Banco Central de Venezuela», aseguró.
A través de un audio de podcasts, Álvarez recordó que «las transferencias con dinero sin respaldo desató una voraz hiperinflación y generó un creciente malestar social con costo político».
Una vez superada la situación, el Gobierno «toma medidas para evitar que se recrudezca la hiperinflación» y pagar un costo político electoral de cara a las presidenciales de 2024.
La entrada de empresas estatales a la bolsa, «significa el fin de la economía rentista que hasta hace unos años, utilizó el caudaloso ingreso petrolero para financiar una creciente presencia del Estado en la economía», apuntó.
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